Un momento del rodaje de 'La carn', con Lluís Garau y Joan Porcel.

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La carn es una pieza a medio camino entre la performance y el teatro del actor Lluis Garau. Aborda la complejidad de las relaciones con desconocidos en la época de internet. Se presentó por primera vez en el Institut del Teatre de Catalunya y se pudo ver en Málaga, Londres o Sevilla, entre otros lugares. Ahora la obra se convertirá en película de la mano del cineasta Joan Porcel, autor de Samantha Hudson o Sempre Dijous, el premiado documental sobre la cantante Júlia Colom.

La carn se centra en un chat pornográfico. Un escenario de cruising virtual en el que el protagonista de la obra interpela a una serie de desconocidos exponiéndolos ante el público. De este encuentro entre actor y personajes random a través de Chatroulette nace la pieza teatral que ahora se convertirá en la película homónima, y que cuenta en el equipo creativo con Pere Sastre y la producción de Charlie Bujosa. El estreno está previsto para 2024.

«La obra de teatro tiene dos públicos; el de la obra y el virtual, que lo está viendo de casualidad. Uno ve la totalidad y otro ve un fragmento. Me interesa la desconexión entre padres e hijo en lo tecnológico», explica Garau, que fue premiado en el festival de Dublín con un Oscar Wilde Award por la versión teatral de La carn.

Uno de los atractivos de La carn es que tienes la oportunidad de meterte en un terreno íntimo como es el de las habitaciones ajenas. «Contemplas el entorno y los ruidos a través de las videollamadas, ese imaginar a partir de lo que veo en la pantalla es lo que me resulta estimulante», detalla el actor.
Garau confiesa que lo que le interesa del formato fílmico es poder recrear de lleno la habitación del chaval. «En el espacio escénico representamos la habitación del chico de forma metafórica, pero en la película será algo más evidente. Esa intimidad donde nos dejamos llevar por nuestras pulsaciones carnales se convertirá en una escenografía. La idea de la habitación me obsesiona. En la obra de teatro es un espacio abstracto. El público tiene que imaginar que el chaval está solo en su cuarto, pero en la película lo recrearemos», explica.

Casualidad
El proceso de filmación de la película comenzó casi por casualidad. Garau le encargó a Joan Porcel la grabación de un pequeño teaser para poder vender la obra a los diferentes espacios y circuitos teatrales, pero cuando visionó el material se dio cuenta de que aquellas imágenes eran muy potentes y decidieron seguir adelante con la idea de una película. «Las imágenes eran tan atrayentes a nivel cinematográfico que nos lanzamos a por la película», remarca Porcel, a la vez que añade que existirán dos formatos de la obra «estamos trabajando en un corto y en un largo».

La carn cuenta con la coproducción de IB3 y Filmin ha comprado los derechos de distribución online. Para el corto, cuentan con la colaboración del Consell.