Nacido en Venezuela, pero de ascendencia dispar con raíces en Europa y América, el artista Viani no se siente realmente de ningún lugar en concreto. «Noto una falta de pertenencia», detalla el creador que vino a Europa desde su país «para buscar mis raíces» y que solo encontró «que era un inmigrante más». En esa búsqueda, sin embargo, Viani econtró «a muchos más como yo», gente que se siente «independiente de países y banderas», y comenzó así a realizar un discurso del cual su nueva muestra es To the edge, una exposición que acogeGallery Red en uno de sus espacios en Plaça Chopin y que se inauguró este fin de semana.
Muy marcada por un monocromatismo en el que el negro es el color característico, Viani detalla el origen de esta preferencia: «La bandera de Venezuela está formada por los colores primarios y si los mezclas sale el negro». Esta realidad le sirvió para darse cuenta de «la manipulación política que hay de las banderas y los colores» y, por otro lado, de que «el negro significa la unidad».
Por ello, para Viani el negro se aleja de concepciones negativas o pesimistas y simboliza, precisamente, la comunión de todos. Por ello, su visión de un «futuro negro no por lo negativo, sino por la unión de todos los colores».
El artista, además, percibe presiones para decantarse e identificarse siempre con algo, ya sea una ideología política o un equipo de fútbol. Para él, por ello y otras razones, la política «es un desastre», algo que ha vivido en sus carnes en su país natal, por esta razón se considera «apolítico», aunque también considera que es casi una consecuencia directa de la propia política que «llega un punto que te vuelve apolítico», confiesa.
Anivel formal, además, sus cuadros reflejan lo opuesto a «lo caótica que ha sido mi vida», a raíz de la política, algo que considera «obsoleto» y que «no sirve para las necesidades de un mundo como el de hoy», por lo que sus formas son «el balance y la paz» desde una perspectiva «minimalista» que pretende dibujar «lo contrario de lo que está ocurriendo» en referencia al caos imperante en el mundo actualmente.
Todo el caos del mundo, las injusticias que ve y denuncia Viani, además de las situaciones que nos rodean a nivel internacional y nacional no son, sin embargo, lo que se refleja en sus cuadros, sino, en cierto sentido, el combustible de su ímpetu artístico para representar a través de formas serenas lo opuesto de todo ello. Es decir, la paz, la tranquilidad, la unión y, en definitiva, la utopía negra de un futuro sin separación en los colores, sin fronteras entre ellos, sino con la máxima unión de los mismos.
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