El artista Jose Domingo y el editor de Autsaider Cómics, Ata Lassalle. | Pere Bota

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Mucho se ha especulado sobre los extraterrestres, sobre la posibilidad de que no estamos solos en el universo. Sin embargo, no estamos tan acostumbrados a que un alienígena vaya a parar a la Isla y que se pasee a sus anchas por los Geranios o el Mercat del Olivar.

Esta es solo una pequeña parte de la fotonovela Tu piel es la galaxia (Autsaider Cómics), del artista catalán Jose Domingo, afincado en Santa Eugènia desde hace varios años. Un volumen que, a su vez, forma parte de un proyecto más grande que también incluye un cortometraje de 25 minutos y un disco de nueve canciones. Esta propuesta, que ofrece una suerte de «viaje trifásico», se presentará mañana a las 12.00 horas en Panorama Bar Bazar. La cita contará también con un concierto «de formato íntimo y en acústico» de Domingo y Juanmi Bosch.

Una extraterrestre se pasea por Palma, sobre estas líneas, en los Geranios.

La historia de la fotonovela, un género lamentablemente extinto –señalan–, narra «una teórica y presuntamente real visita extraterrestre que se produce en diferentes partes del planeta, una de ellas en Mallorca». El misterio es qué intenciones tienen exactamente. «Puede que vengan a descubrir mundo o que sea por motivos amorosos. Cada lector sacará sus propias conclusiones», detallan Domingo y Ata Lassalle, editor de Autsaider. Y es que, como puntualizan, se trata de una «narración medio abierta».

«Plantea un juego en el que se sospecha que los extraterrestres pueden habitar en los reflejos, es decir, que no se trata de un asunto dimensional o tangible, sino que se cuela en los reflejos. El narrador de la fotonovela descubre que su propio reflejo ha sido intervenido por alguna entidad no terrenal», matizan. De ahí se desprenden varias reflexiones sobre qué es creíble y qué no, donde empieza lo demostrable o lo intangible.

En comparación, señalan, «el cortometraje es decididamente experimental». «Todas las piezas que se van mostrando son las que provocan cierto desconcierto y, a la vez, el lector va construyendo ese puzzle. De hecho, en la fotonovela, el texto y la imagen van por separado, se han disociado. Los puntos de conexión surgen más fácilmente cuando el lector también ha escuchado el disco y visto el corto, lógicamente», detallan, a la vez que puntualizan que cada una de las tres partes es «autoconclusiva e independiente». En conjunto, destaca Lassalle, es «de potencia visual exagerada que se convierte en algo hipnótico».


Disco

Todo surgió, recuerda Domingo, durante la pandemia. «Hacía tiempo que tenía en mente un proyecto de ciencia ficción. Primero empezó como un disco, pues soy más músico que otra cosa [además de su propio grupo, ha formado parte de otros como Satellites, Sunflowers o Cerebros exprimidos]. Comencé a crear una serie de canciones explicativas que luego se convirtieron en una especie de banda sonora ampliada. Para completarlo todavía más, necesitaba una obra con elementos que no podía resolver en el terreno musical. Así surgió el cortometraje, que realicé yo mismo con la participación de amigos, echándole mucho ingenio y morro. Al fin y al cabo, los programas de edición musical y los de vídeo no son muy diferentes», detalla. El corto ha ganado multitud de premios en festivales de todo el mundo, desde Miami y Nueva York hasta Cannes, Milán o París.

Tras el disco y el filme, cuyo acceso se facilita en el libro a través de un código QR, llegó la fonovela que ahora se presenta. El libro, aclara, se nutre, en parte, de fotogramas e imágenes tomadas durante el rodaje, en el que participaron, entre otras, Veru Iché o Ana Espina. A ello añadió material extra e inédito, en el que se incluye alguno generado por Inteligencia Artificial.

Finalmente, Domingo recalca el carácter mediterráneo que sobrevuela todo el proyecto. «Si vienen todos los guiris a Mallorca, ¿por qué no también los extraterrestres? Yo soy de aquí, no pretendo hacer una historia ambientada en Nueva York. Lo entiendo casi como una responsabilidad: hacer una simbiosis con el entorno, no estar aislado ni hacer ver que eres de la otra punta del mundo. Bob Dylan no haría ball de bot, lo que le toca e inspira es el country o el folk. Cuando escucho la música de un senegalés no espero escuchar un rap de Nueva York, para eso ya tengo a los Beastie Boys. Pretendo hacer algo casi paisajístico. El turismo es otra cosa, yo hago galaxia».