Ismael Serrano presenta sus ‘píldoras ilustradas' en el Auditòrium

Malos tiempos para la lírica y, pese a todo, en la suya cabe prácticamente de todo. Desde un poema de amor hasta un cruce de miradas felinas en la boca del metro. Puede que no lo pretenda, pero sus letras incomodan porque meten el dedo y hurgan en la herida. Canciones sin bozal ni término medio que invitan a la reflexión sin adoctrinar, dejando auténticas pistas de lo que se cuece en el interior de su atribulada mente.

Inmerso en la gira promocional de su último trabajo, Serrano también invocará sus temas más significativos, aquellos que tocan la fibra y remueven el alma con su vuelo poético, como Papá cuéntame otra vez o Amores imposibles. Y es que este rastreador sentimental es dueño de una de las discografías más sugerentes y personales que se estilan por estos lares, nacida en 1997 bajo el título de Atrapados en azul. Un álbum que supuso un pequeño seísmo en el panorama nacional, marcado por el compromiso social, sin duda uno de pilares sobre los que reposa su obra.

El otro sostén sería la implacable necesidad de amenizar nuestra vida con canciones que se convierten en inseparables compañeras de viaje, que nos salvan de la pena en los momentos difíciles, que sirven para festejar los encuentros y sobrellevar la pérdida, para recordar el tiempo en que fuimos eternos. Y es que, como afirma el propio autor, una vida sin música es una vida perdida.