¿Cómo conoce La reina de la belleza de Leenane?
Hablamos de una obra densa, dura y difícil que necesite que le entregues todo lo que puedas: energía, potencia y físico. Me llamaba mucho la atención el texto desde que lo conocí hace 25 años, cuando lo estrenaron Vicky Peña y su madre Montserrat Carulla. Fue extraordinario y ganaron el Max un año una y al siguiente la otra. Por otro lado, el autor me parece un personaje extraordinario a quien conocí a través del cine por Tres anuncios en las afueras y Almas en pena de Inisherin, que transcurre en ese paisaje desolador y difícil de esa Irlanda del Noroeste donde transcurre esta función.
¿Cómo ha sido encarnar a Mag Folan, su papel en la obra?
Tenía muchas ganas de hacer un drama porque de 2001 a 2023 he estado haciendo de la abuela de Cuéntame y ya no tengo edad para andarme con tonterías a ver si viene un papelito que me guste. He tenido muchas llamadas para cine y demás que querían que hiciera de la abuela, algo que entiendo porque estaba estereotipada, pero quería hacer algo diferente y este papel es como agua de mayo porque es el polo opuesto de Herminia. Es un reto maravilloso con un personaje que es antipático, odioso, difícil de tragar y de justificar para el público, pero muy real, porque existe y hay mujeres y madres que son así.
¿Cómo ha sido la transición de Herminia a Mag Folan?
Ha sido liberador, pero también difícil y le debo a Juan [Echanove, el director de la obra] que me haya cambiado como a un calcetín. Yo estaba dispuesta, mi voluntad era absoluta y me he plegado con absoluta docilidad a todas sus indicaciones para crear el personaje. Yo, por mi parte, he estudiado todo lo que he podido la psicología, el carácter y la personalidad y todavía me queda mucho porque ahora es un personaje al que tengo agarrado, pero con cada representación salen cosas nuevas y lo paso estupendamente. Tengo ya una edad en la que me duele todo, pero cuando salgo al escenario no me duele nada y solo estoy feliz de poder hacer un papel como este que me gusta muchísimo.
La dinámica de la obra es la complicada relación entre su personaje y el de Lucía Quintana, que hace de su hija, ¿hablamos de buenas y malas?
Es mucho más ambiguo. Lucía es una extraordinaria actriz y su personaje y el mío dependen el uno del otro de alguna manera. La madre se ha aprovechado de la debilidad mental de su hija y esta no quiere convencerse de que no es capaz de hacer frente a la vida, y se rebela. Así se generan tensiones, pero tampoco quiero desvelar mucho.
Para acabar, no puedo no preguntarle por Cuéntame y su final, ¿fue tan emotivo detrás de cámaras como lo fue delante de la pantalla para el público?
Realmente sí, hubo momentos, pero no le demos mucho carrete. Hay personas sentimentales y poco sentimentales, yo soy de las últimas. Después de una función muchos actores son de pasar mucho tiempo ‘comentando la jugada', como los toreros o los futbolistas, y yo no, pero claro, en Cuéntame teníamos la sensación de que era lo último que hacíamos porque han sido 22 años, que se dice pronto, y a Carlitos, interpretado por Ricardo Gómez, lo habíamos criado en nuestros pechos y volvió con 29 años. Fue muy emocionante, sí, porque era el final de una etapa, pero también el principio de otra.
1 comentario
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A esta actriz la han malinterpretado toda la vida. La gente se empeña en creer que es entrañable y amigable como Herminia y ella lleva toda la vida intentando que la vean como es, una persona que no es tan sentimental ni tan compresiva o paciente como su personaje. Me alegro mucho que haya conseguido un papel como este con el que de verdad se sienta cómoda y mas identificada y que explore temperamentos más crudos. Seguro que tiene mucho que ofrecer en otros registros.