La banda mallorquina La Búsqueda vuelve a la actualidad musical con el lanzamiento de su nuevo disco, ‘Luz, Arena y Llanto’.

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Este es uno de esos discos que se disfrutan en la carretera, a la velocidad en la que el horizonte se difumina. Una calzada fronteriza, polvorienta y angular, desde donde escudriñar las letras con calma y circunspección, como a vista de pájaro. Luz, Arena y Llanto es la banda sonora de un paisaje mediterráneo bañado a ratos por la sombra, a ratos por el sol. La Búsqueda abandona 20 años de silencio editorial con este trabajo que lleva el sello personal e intransferible de Xisco Albéniz. Un disco sin medias tintas, pulido y asentado, en el que los mallorquines crecen afirmando su identidad. Canciones melancólicas e intensas con un enorme poder evocador, que hipnotizan a través de las guitarras y una voz suave que acaricia y adormece.

¿Cómo se desarrolló el proceso creativo de Luz, arena y llanto?
—Empezamos a grabarlo hace 17 años, iba a ser un disco convencional para celebrar el 20 aniversario de La Búsqueda, pero se rompió la grabadora que almacenaba los audios. Ese acontecimiento permitió sublimar lo ocurrido y reconsiderar el disco. Como durante esa época había compuesto más de 10 bandas sonoras de documentales, se me ocurrió imaginar un disco experimental con interludios instrumentales, sin silencios, a modo de viaje de divertimento en el que imaginar ese Sgt. Pepper's que nunca tuvo el rock de raíz hispana.

¿Por qué el rock ya no tiene ese lugar central en la cultura que tuvo en décadas pasadas?
—Puede haber diferentes motivos, el hastío por la falta de imaginación, contraculturas creadas para ‘aplanar' y difundir músicas que no hagan pensar a los jóvenes, la propia decadencia cultural occidental... Pero todo tiene su principio y final. Por eso La Búsqueda apuesta por una música atemporal.

¿Cómo se puede mezclar géneros sin perder la identidad?
—El rock se inflingió una herida de muerte al depender de las raíces culturales y de los mensajes lanzados por los países que mueven los hilos. Aunque parezca contradictorio, conocer bien las tradiciones musicales de diferentes países, permite ser vanguardista y mezclar los ingredientes para hacer un buen plato. De lo contrario se puede crear un arte moderno amorfo.

¿Qué prejuicios musicales se ha ido sacando con el tiempo.
—Hacer bandas sonoras me ha abierto el ‘coco' y cuando por ejemplo escucho un sonido extraño sintetizado, mi mente lo agradece y me da alas para no repetirme en exceso.

¿… y qué aspectos se mantienen incólumes?
—Las raíces hispanas son el 70% de nuestra cruzada personal. Así combatimos el bombardeo sistemático de lo ‘anglo'. Pero, para no confundir las cosas: amo por igual a Radiohead y a los Rolling de Brian Jones.

¿Filtró nuevas influencias para este disco?
—No somos fácilmente influenciables, pero hay tres cosas que invitan a quitarme el sombrero y como algún cocinero, sólo te contaré en privado. Y no son ni Caléxico ni Tindersticks…

¿Qué balance hace, en retrospectiva, de su historia en el mundo musical?
—Honestamente solo hicimos un disco pensando en llegar al gran público, Psicolatin, el resto se ha creado con libertad, importándonos un pepino la opinión de los demás.

¿Se puede vivir de espaldas a una industria que cada día es más vertiginosa y busca vender por encima de todas las cosas?
—Sí. Luz, Arena y Llanto saldrá publicado por dos pequeñas discográficas capitaneadas por dos románticos: Pinxo en Mallorca y Luis Moner en Barcelona, personas fantásticas.

¿Qué opina de esta sociedad que denuncia letras machistas que luego consume?
—Hay que poner más conciencia en lo que consumimos y en lo que nos adoctrinan, ya que suele haber trampas ocultas en el arte de la manipulación del lenguaje.

¿Forma parte de su carácter esa melancolía que asoma por algunas canciones?
—No me suelo regodear en el pasado y soy bastante payaso en la intimidad... Reconozco que en las letras sobrevuela el ideal de la mujer amada idealizada o de la parte escindida con Dios y quizás sea eso lo que te transmite esa melancolía.

¿Siente que con el paso del tiempo sigue escribiendo sobre los mismos temas?
—A veces me repito en alguna letra o expresión, pero el mayor halago recibido fue de un gran melómano, director artístico de Polygram France: ‘Tus melodías no suelen recordar a ninguna otra que yo haya escuchado antes durante mi vida y eso que tengo esta habitación repleta de discos'.