La artista mallorquina Maria Carbonero. | Pere Bota

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La pintora mallorquina Maria Carbonero (Palma, 1956) se ha dejado caer por el amarillo en sus creaciones más recientes y así lo demuestra en Groc, una nueva exposición que ocupa parte de los dos espacios de la Galeria 6A de Palma, ubicada en el Carrer de la Puresa, donde Carbonero reúne en esta muestra una veintena de obras, varias de ellas bastante recientes, que conviven con otras de hace más tiempo, como una gran pieza de hace «30 o 40 años» que permite unir como si de chinchetas en el mapa de su trayectoria se tratara, momentos, estados y formas de acometer el arte distintos porque «cada día y cada pintura es distinto».

«Últimamente he cambiado un poco la paleta de colores», confiesa Carbonero explicando no solo las piezas que ahora muestra sino también la tendencia al ocre y el amarillo. Los distintos trabajos que Carbonero recopila incluyen tanto litografías como acrílicos sobre papel, algunos realizados a través del «complicado proceso» litográfico en los que se ha jugado con varios colores, uno por cada prensado.

Contraste

En cuanto al uso de este color en específico, el amarillo, que convive con negros, grises y algún azul, comenta Carbonero que es «su luminosidad y alegría» lo que le ha llamado la atención recientemente ya que «es un color que no había utilizado mucho antes». «Da ganas de vivir», explica la pintora quien añade que «es el lenguaje de las flores y aporta connotaciones de buen rollo».

A su vez, en los juegos cromáticos que ha tratado de realizar, explica que es también «es por su con el negro», «mayor que el del blanco y el negro» en opinión de la palmesana, algo que aporta una gran «fuerza» al aspecto visual de la obra.

Señala también la artista que «todo me sobra» y por ello se ha dedicado a «quitar, quitar, quitar» de las piezas hasta quedarse «con la esencia». Por ello, al presenciar sus creaciones uno descubre rostros que se dibujan, aparecen de una manera casi vaporosa, acompañados en ocasiones de las siluetas en movimiento de bailarinas. «Este es mi lenguaje», el resultado de un proceso en el que «menos es más y cuando el cuadro me habla es cuando ya está terminado», indica dando alguna pista de su proceso creativo.

Sobre las dimensiones mismas de cuadros, que incluye formatos de varios tamaños desde grandes a pequeños, detalla Carbonero que «ha disfrutado de todos ellos».

Se da la circunstancia de que también es la primera vez que Carbonero expone sola en la 6A desde hace mucho tiempo. Ella, que de hecho es una miembro fundadora del taller Ediciones 6A Obra Gràfica, ha participado en varias colectivas, una de ellas el mismo año pasado por el aniversario de la galería, pero individualmente no lo hacía «desde hace años», aunque «no he dejado de pintar por ello».

De cara al futuro, Carbonero avanza que tiene una exposición colectiva en marcha en Bruselas, Bélgica, en una galería que está «entusiasmada» con su obra y para la cual, tras esta primera muestra, también preparará una individual.