Nacido en Buenos Aires en 1951 y residente en Mallorca desde el año 1977, Sapere incide en la presencia de la Isla en todo lo que hace. Se trata de su base natural y en la que lleva a cabo otros proyectos como Sa Soll, una colección de cajas que conjugan obra plástica, poesía visual y otros textos. Sapere, que edita la colección, la califica de «arma oculta» de la poética experimental. Pasaron por esas cajas autores como Pep Canyelles, Marian McErlain y Maria Uribe. «Sa Soll continúa el trabajo que realizamos en 1979 con un cuaderno conjunto de poesía objetual llamado Coto de poesía». Se trata de una publicación que Sapere editó en Palma y que tenía la base en su estudio del barrio de Calatrava. «Los artistas, para participar, mandaban sus trabajos por correo. Pasaron por ahí nombres de gran prestigio como Ulises Carrión o Clemente Padín. Era un tipo de poesía muy social, ligada a la izquierda», detalla.
Material
Parte de este material se puedo ver en la muestra Mira a ver si…poesía experimental y mail art en Mallorca, comisariada por Jaume Pinya en Es Baluard, en la que se repasaban obras de autores residentes en la Isla en los años 70 que trabajaron dentro de ese ámbito, y donde las piezas de Sapere convivían junto a obras de Neon de Suro o Andreu Terrades, entre otros. Lo último que se pudo ver aquí de Sapere fueron una serie de obras que se instalaron en el Ajuntament de Alaró con motivo de la Nit de l'Art. Tres cuadros de gran formato que se realizaron en Canadá y que no se habían visto en la Isla. «Me sorprendió la calidad de la propuesta. Normalmente estos eventos que están apareciendo en los pueblos son de una calidad ínfima. Solo ganan los restauradores. Son verbenas donde no importa el arte, pero en Alaró no fue así. Se hizo un estupendo trabajo. Participaban creadores como Susy Gómez, que tiene una larga trayectoria», señala el autor.
Queda pendiente la restauración de la pieza Niu, en Sa Feixina, pese a que el Ajuntament de Palma restauró recientemente su escultura ubicada en la plaza de S'Escorxador, titulada La casa del gato. «Me llamaron Pilar Ribal [directora general de Patrimoni] y Bartomeu Bestard, el cronista de la ciudad. Se ofrecieron a restaurar mi pieza, que estaba mal conservada. Faltaban incluso algunos elementos y los vecinos se quejaban», señala Sapere, que se ocupó personalmente de supervisar el proceso. «Trabajamos con la metalurgia de Ses Salines que es con la que suelo producir las obras», recuerda. Ahora trabaja en la puesta a punto de Niu. Se trata de una obra que estaba pensada para que crecieran plantas dentro, como en un jardín colgante. «Tenemos que trabajar para ver como volver a la idea original», explica Sapere.
Respecto a sus próximos proyectos, se muestra cauto, a la vez que señala que hay un interés creciente por revisar la generación de los setenta, a la que él pertenece. «Hay muy buenos autores que deben ser estudiados. Había mucha calidad y ahora se deben repasar estas trayectorias desde las instituciones para entender la obra de esos autores y autoras», remarca un artista que comenzó en el teatro y con el súper 8, y que no entiende no crear. «Para mí la creación es como respirar», concluye.
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