Bárbara Mingo estará este viernes en Call Vermell (Felanitx), donde ofrecerá un taller de fanzine y presentará su libro 'Lloro porque no tengo sentimientos'. | Pilar Pellicer

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Un niño llora desconsolado en el recreo. Su maestra se acerca a preguntarle qué le sucede, a lo que él responde: ‘Lloro porque no tengo sentimientos'. Esta anécdota que entraña una preciosa paradoja y que ya es «un poema en sí mismo» le regaló a Bárbara Mingo (Santander, 1978) el título perfecto para su libro más reciente, publicado en enero por el sello La Navaja Suiza. Este volumen, que recoge artículos de Mingo publicado en las revistas Letras Libres y, en menor medida, El Estado Mental, es una de las razones que traerá a la escritora a Mallorca. Concretamente, lo presentará en el espacio que regenta la cineasta Antonina Obrador, Call Vermell (Felanitx), que se centra en libros de arte, diseño, fotografía, poesía y arquitectura. Además, allí también ofrecerá un taller de fanzine. La doble cita tendrá lugar este viernes, de 17.00 a 20.00 horas.

Respecto a Lloro porque tengo sentimientos, la autora reconoce que, según apunta en el prólogo Daniel Gascón, editor de Letras Libres, lo que hermana todos esos relatos variopintos es la atención: «Mira con una lente potentísima y sensible y encuentra capas y detalles de la realidad, conexiones que se nos podrían pasar inadvertidas», asegura. Mingo celebra el «hallazgo» y coincide en que su manera de escribir o su estilo está muy vinculado con la voluntad de mostrar la máxima atención y «estirarla al máximo». «Muchos textos parten de un tema pequeño, concreto y circunstancial algunos son fruto de un paseo en el que veo algo que me interesa y, entonces, lo que hago es fijarme mucho en el detalle que en otra circunstancia pasaría desapercibido. Después, cuando esto sucede, trato de hacer el ejercicio de comprobar hasta dónde me puede llevar eso, escribiéndolo. Estiro y estiro, lo llevo al extremo», detalla.

Curiosamente, el libro arranca con un relato de la «película» de la exhumación de Franco. «Estaba trabajando y me conecté a Youtube para verlo. Me llamó la atención que iban pasando los minutos y la imagen no se movía, era un plano fijo, estático, hasta que pasó un guardia civil y me di cuenta de que no se había congelado. Noté que ese vídeo compartía rasgos con un tipo de cine más experimental. Es cierto que es un hecho polémico, pero podría verse desde otro punto de vista, más estético o artístico. Así que me propuse ir describiendo, pero procuré que fuera una descripción seca y objetiva, para ver si eso decía algo y me salió este artículo», matiza.

En cuanto al taller, Mingo confecciona fanzines para encargos de diferente índole, como uno vinculado a la película Felipe vuelve a casa con las ovejas sonando, de Chus Domínguez y Nilo Gallego, con un cuento y un poema que hablaban de ovejas, siguiendo una «maqueta sencilla» y con un formato «muy artesanal». La sesión que ofrecerá en Felanitx sigue la misma filosofía de trabajar con los materiales y los diseños, «como si se tratara de papiroflexia». En este caso, puntualiza, «nos centraremos más en lo visual que en los textos, con revistas elaboraremos collages y trabajaremos básicamente con tijeras, improvisando». En este sentido, Mingo reconoce que el fanzine es un género orgullosamente marginal que, sin embargo, podría tener más éxito que nunca, pues en esta sociedad frenética se tiende cada vez más a los textos cortos y a los formatos más visuales, que entran por los ojos.