La cantante Suzanne Vega, que canta este jueves por la noche en Inca.

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De niño me fascinaba aquella letra repleta de misterio: ‘Mi nombre es Luka, vivo en el segundo piso, justo encima de ti. Sí, creo que ya me has visto antes. Si escuchas algo en la noche, algún tipo de problema, algún tipo de pelea, no me preguntes qué pasó’. Aquel medio tiempo con cálidos arpegios de guitarra y un estribillo que lo dice todo y no dice nada, lo cantaba con una vulnerabilidad desarmante Suzanne Vega. Fue el gran hit de la cantante norteamericana y catapultó su carrera a finales de los 80. Hoy, el Teatre Principal d’Inca la recibirá a las 21.00 horas.

Luka fue presentado junto a un videoclip en blanco y negro rodado en Nueva York, en uno de esos típicos edificios con escaleras de incendios. En el aparece Vega junto a un niño, Jason Cerbone, que años más tarde formaría parte del elenco de Los Soprano. Siguiendo su línea enigmática, vemos la puerta de un apartamento entreabierta. La cámara no muestra su interior, todo queda sujeto a la imaginación, como sucede con la letra. El misterio se desveló hace apenas un año, cuando Vega confesó que el protagonista de esta canción supuestamente inspirada en malos tratos, bebe de su propia historia. Yo soy Luka, confirmó la artista nacida en Santa Mónica en 1959, que con 16 años comenzó a exhibir su música en pequeñas salas. Aunque no fue hasta los 28 que adquirió notoriedad mundial gracias a Solitude Standing (1987), el álbum que aloja sus dos mayores hits: Tom’s Diner y la mencionada Luka.

Desde aquellos días, su relación con el éxito no ha sufrido grandes vaivenes. Con todo, siempre ha mantenido un espacio privilegiado entre las divas del pop alternativo. La razón la encontramos en el contenido de sus letras, que a menudo subrayan la realidad, y se distancian de las que encontrábamos en otras artistas femeninas que triunfaban en los 80 como como Cyndi Lauper o Madonna.

Inédito

En su último disco con material inédito, Tales from the Realm of the Queen of Pentacles, Vega suena madura y sofisticada, ha sabido rodearse de grandes músicos como Larry Campbell, guitarrista de la banda de Bob Dylan durante casi una década, y Tony Levin, el famoso bajista de King Crimson. En el anterior, Beauty & Crime (2007), contó con Lee Ranaldo de Sonic Youth, y mucho antes había grabado con KT Tunstall, la cantautora escocesa que muchos conocerán por la serie Anatomía de Grey, así como Lenny Kaye, sublime guitarrista y pionero del punk en los 70 como parte fundamental de la banda de Patti Smith.

En sus canciones se cita el estilo musical de Joni Mitchell y la agudeza lírica de Leonard Cohen, rastreable en letras que son una constante sobre el amor, la muerte, la supervivencia y el latido de la gran ciudad. Asegura que de Bob Dylan aprendió que una canción puede ser mucho más allá que el clásico chico conoce a chica… Hay todo un mundo enorme ahí fuera del que hablar. Puede que su repertorio no sea el más rentable desde un punto de vista lucrativo, pero existe en el una calidez y una honestidad que se han preservado intactos a lo largo de más de 35 años.