María Trenor, directora de la película ‘Rock Bottom’.

TW
0

Una especial velada cinematográfica tuvo lugar el jueves en el patio de la Misericordia con la proyección de la película Rock Bottom de la directora María Trenor en el marco del Atlàntida Mallorca Film Fest. Se trata de un largometraje musical de animación que versa sobre la pasión desenfrenada de una pareja de jóvenes amantes en un cálido verano entre Nueva York y Mallorca. Además, se nutre de la música y vida de Robert Wyatt, coincidiendo este año con el 50 aniversario de su álbum Rock Bottom.

Asimismo, «está inspirada en personajes reales que visitaron e hicieron muy famoso el pueblo de Deià», explica la directora. Igualmente, señala que Mallorca es una de las principales localizaciones, pues los personajes se expresan a través del paisaje. Por ello, en relación con el escenario, expresa que «tiene mucho sentido que estrenemos esta película en el Atlàntida».

Por su parte, lo que la motivó a basarse en la música de Robert Wyatt fue el hecho de conocerlo personalmente, además de por ser un célebre artista. «Ya conocía su música y la primera vez que lo vi no sabía como reaccionar porque nunca había visto nada parecido, es un álbum muy ecléctico y muy inclasificable», reconoce.

Por otro lado, la película también refleja aspectos de la década de los 70 y de la dictadura franquista, así como la visión de un país que se muestra abierto de cara al turismo, pero rígido para los españoles. En este sentido, «habla de la cara falsa que quería dar Franco», declara. En cuanto al proceso de creación, Trenor esclarece que han utilizado varias técnicas de animación, siendo la rotoscopia la principal, una animación 2D «en la que se graban actores y actrices reales en un set y luego se redibujan, siendo más fluido y económico para la producción».

Con todo, con respecto a la decisión de ambientarla en estos tiempos, confiesa sentir cierta añoranza, pues «es la época de mi infancia». «Soy muy del Mediterráneo, he veraneado en el mar, toda mi infancia la recuerdo en Jávea [Valencia] y Menorca, y creo que muchas veces los artistas volvemos a nuestra infancia, a nuestros recuerdos», concluye.