El director, guionista y productor Joshua Brand, este viernes. | Carles Domènec

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Joshua Brand (New York, 1950) es el guionista, director y productor de series de televisión tan aclamadas como Doctor en Alaska, Hospital o The Americans. Ayer, el ganador de tres Premios Emmy, dialogó en Es Baluard de Palma con Ainhoa Marzol, en el marco del Atlàntida Mallorca Film Festival, y terminó un taller de cuatro jornadas en el espacio Sa Trencadora de Son Servera, por iniciativa del dramaturgo Jaume Miró.

«Empecé a trabajar con John Falsey en The White Shadow, nos pusimos a escribir guiones y nos hicimos amigos, nos preguntaron si teníamos algún proyecto en mente y propusimos algo sobre un hospital universitario, en una época en la que no se hacían historias dramáticas que tuvieron varias tramas paralelas», recordó.

Repercusión

De la repercusión de Doctor en Alaska, Brand comentó que «nadie esperaba que la serie tuviera tanto éxito, inicialmente debía constar de ocho capítulos (llegó a los 110) y la gente empezó a escribir diciendo que les gustaba y que era muy buena», y apuntó que «me emociona ver que espectadores jóvenes la descubren y sigue gustando».

Del médico protagonista, un neoyorquino judío que llega a Alaska para ejercer su profesión dijo que «un doctor es algo racional y científico, además la concepción de los judíos es de personas cosmopolitas e intelectuales, por ello era una forma de contrastarlo con la sociedad rural de Alaska y con el hecho de ser un lugar donde se acepta a cualquier persona que no vaya con malos instintos, sin importar el origen», y añadió que «el humor judío es también un elemento importante y, en esos años, la mayoría de los doctores en Nueva York eran judíos».

De la gente de Nueva York, Brand mencionó que «se trata de personas, por un lado, muy sofisticadas y, por otro, muy provincianas, yo soy de ese tipo de personas, un intelectual que trabaja con ideas, pero no creo que, para ser intelectual, necesites una formación extraordinaria». El director precisó que «una cosa es ser académico, donde sí es necesario haber estudiado mucho, pero otra distinta es ser intelectual», y señaló que «para ser un artista o un pintor, no se necesita ir al colegio, en cambio, es necesario si quieres ser un profesor de historia del arte».

«En toda mi vida, la persona que he conocido con mayor conocimiento de la televisión ha sido Steven Spielberg», afirmó Brand, quien calificó la experiencia de trabajar juntos como «extraordinariamente positiva y, a pesar de su éxito, era cercano y amable, nunca abusaba de su poder, pero tenía muy claro lo que quería hacer». Brand rememoró que «cuando Spielberg me contrató, me preguntó si yo era aficionado a la ciencia ficción, le dije que no y, así todo, confío en mí».

Punto de inflexión

Doctor en Alaska supuso a nivel mundial un punto de inflexión en la producción de las series de televisión. «Aparecieron imitadores, muchos quisieron repetir lo que habíamos hecho en la serie», expuso Brand, quien argumentó que «en las comedias europeas, los personajes son los que llevan el peso de la película, el tono en Doctor en Alaska no se había visto antes en la televisión americana, donde los protagonistas hablaban de ideas abstractas, era algo más intelectual».

Brand indicó que «mis padres eran emigrantes, la cultura europea es parte de mi bagaje cultural», y matizó que «algunos de los mejores directores europeos proceden de familias europeas y, a veces, cuando estás fuera de una cultura, puedes verla de una manera que, los que están dentro de ella, no son capaces». En ese sentido, concluyó que «te conviertes desde niño en alguien que mira, que observa las cosas y la gente desde fuera, lo que es una escuela estupenda para convertirse en director de cine».