Carlos Bonet, director e impulsor de Espresso Concerts. | Adrián Malagamba

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Conciertos diferentes, únicos, en lugares singulares que, de momento, huelen a café al celebrarse en La Molienda de Arxiduc. Hablamos de Espresso Concerts, una iniciativa influenciada por el formato tiny desk (conciertos en un espacio reducido y no pensado para albergar actuaciones musicales como una oficinas) en la que uno o varios artistas se adaptan al espacio y su acústica para grabar una performance que sea irrepetible. La idea es de Carlos Bonet, el mallorquín que dirige este proyecto que ha tenido el lujo de recibir a Guille Wheel and the Whales y que ahora, el próximo 7 de septiembre, tendrá su segunda cita con Anna Picornell.

Los conciertos son de pequeño formato y, aunque de momento se realizan en la conocida cafetería, la idea es «llevarlos a lugares extraños como bibliotecas, un ascensor o donde sea», avanza Bonet que comenta que también están trabajando en que «cada concierto lleve una intro ficcionada».

Guille Wheel & The Waves, la primera banda que pasa por La Molienda y el 7 de septiembre será Anna Picornell. Foto: LEONARDO CONDOR

No se cobra entrada, ya que funcionan con invitaciones porque «no están pensados para un público» en directo, por lo que confiesa Bonet que dependen de los sponsors al no tener retribución económica. Estos, vitales para el desempeño de los eventos, son Aquanauta, Ibred y Call & Play. Asu vez, cuentan con cuatro cámaras, tres móviles y una fija, además de técnicos para registrar el mejor sonido y la mejor imagen de cada actuación.

Calidad

Todo esto se debe a la filosofía que nutre el proyecto: la de «conectar la escena musical local con el mundo entero», explica Bonet. Por ello, a través de un cuidado y muy profesional set de grabación que instalan en las diferentes actuaciones, todo lo que pase en el concierto no se queda allí, a diferencia de lo que ocurre en Las Vegas. En el caso de los músicos que toquen en el Espresso Concerts gozan de una proyección en redes sociales, principalmente Tik Tok, Instagram y Youtube, a través de los vídeos que se publican en ellas.

Para ello cuentan con la colaboración de la agencia creativa Mimo a través de los cuales trabajan para «dar caña en redes» ya que tienen muy claro que se trata de «un producto para streaming», para que «se pueda visualizar el concierto cuando sea y desde cualquier parte del mundo y que sea un escaparate del talento que hay aquí que se pueda ver en Porreres o en Australia».

Eso aportan a los músicos que participan: además del buen rollo, el tener un producto «bestial» para redes sociales, lo que une publi con el orgullo que supone una producción de esta calidad.

De cara al futuro, explica Bonet, la idea es ir a más y lograr traer no solo artistas locales, sino nacionales e incluso internacionales, habiendo iniciado conversaciones para lograr importantes colaboraciones de cara al año que viene. Y, de hecho, ya preparan un último gran nombre de cara a finales de este mismo año.

Por lo bien que ha comenzado la andadura, Bonet se muestra optimista y entusiasmado con el proyecto: unos conciertos exprés y de gran calidad técnica que vienen a demostrar que lo breve, si bueno, ya saben como termina el dicho.