Los emblemáticos Bous desenterrados en Mallorca. | Redacción Cultura

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El grupo Més per Mallorca ha registrado una proposición no de ley en el Parlament para pedir formalmente el retorno a la isla de bienes del patrimonio arqueológico e histórico que están fuera, como los Bous de Costitx y la Cimera del Rei Martí.

El portavoz de Més, Lluís Apesteguia, ha asegurado que Baleares sufrió «un expolio de patrimonio arqueológico e histórico proporcional al de Grecia o Egipto, y es un deber histórico acabar con esta losa colonial», ha informado el partido en un comunicado.

La propuesta de Més reclama al Govern una política activa para el retorno de otros bienes patrimoniales que se encuentran en manos públicas fuera de Baleares, tanto en España como en otros países, entre los que destacan la Dama d'Eivissa (Museo de Arqueología de Barcelona), el busto de Tiberio (Bibliothèque Nationale de France), el Hipoglif (Museo dell' Opera del Duomo de Pisa) y el Atlas Catalán de la familia Cresques (Bibliothèque Nationale de France).

Més propone también que el Govern trabaje para lograr el retorno a la isla de origen de los bienes del patrimonio histórico que se encuentran en manos privadas fuera de Baleares, creando una partida presupuestaria con la finalidad de adquirirlos. «Sólo los pueblos víctimas de un sistema colonial ven cómo su patrimonio histórico está fuera de su casa, exhibido para el provecho de otras ciudades, de otros países y de otra gente», ha asegurado Apesteguia, que ha recordado que Grecia y Egipto batallan desde hace años «para que lo que les fue robado vuelva a sus museos».

Més ha recordado que el Senado aprobó en 2008, a instancias de Pere Sampol, el retorno permanente de los Bous de Costitx a Mallorca, al Museu de Mallorca, de titularidad estatal y gestión transferida en ese momento al Govern y actualmente del Consell de Mallorca. Desde entonces, todos los Gobiernos españoles han incumplido esta resolución. En cuando a la Cimera del rey Martí, las peticiones para el regreso también han sido constantes, pero siempre con resultado negativo y se remontan a 1933, cuando Azaña se negó ante la petición de los alcaldes Emili Darder y Josep Tomàs.

La última vez fue en abril de 2019 cuando el entonces alcalde de Palma, Antoni Noguera, envió una carta a la vicepresidenta de Gobierno y al presidente del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional reiterando la solicitud, una petición que se vio reforzada después de que 17 entidades civiles -desde la Sociedad Arqueológica Lul·liana a la Obra Cultural Balear pasando por el Capítulo de la Catedral o la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma- la secundaran.