Imagen de uno de los rodajes en los que ha participado Tramuntana Films en alta mar.

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El mallorquín Miquel Àngel Bonnín ha sabido unir a la perfección sus dos pasiones. Por un lado, el cine y la televisión, mundos a los que perteneció durante años hasta la crisis de 2006 y todo se detuvo. Fue entonces cuando encontró no solo un remanso de calma, sino también una oportunidad de reconducir su carrera en el buceo y se formó como instructor y profesional marítimo. Con el tiempo, sin embargo, aquel gusanillo del cine regresó y unió su vasta experiencia en los dos universos para crear Tramuntana Film Services, una empresa dedicada a la coordinación y producción sobre y bajo el agua que cuenta ya entre sus clientes a los gigantes HBO Max, Netflix o Paramount+, por nombrar solo algunos.

Curiosamente la cosa empezó a navegar a toda máquina tras la pandemia, cuando el boom de rodajes a causa del aumento del consumo de productos de entretenimiento se notó. «Para el cine fue un revulsivo» y Bonnín detalla que pudo pasar de trabajos extras a «dedicarme a tiempo completo» al cine. Además, a la península y a las Islas llegan «producciones internacionales que requieren un nivel de profesionalidad como al que están acostumbrados en sus países», y eso encuentran en Tramuntana gracias a al «equipo muy especializado» que se requiere para saber no solo rodar, sino hacerlo en plena mar.

El fundador de Tramuntana, Miquel Àngel Bonnín.

Sobre el día a día, Bonnín detalla que «cada rodaje es muy diferente» y requiere de elementos diversos. Su cargo específico es el de «coordinador marítimo», quien se encarga de «la logística necesaria para un grabar en alta mar», lo que implica la localización de los barcos necesarios para el equipo, las infraestructuras a utilizar (como la construcción de grúas en los navíos para tomas elevadas), así como permisos, la creación de un campamento base en el agua, etcétera.

A todo lo que es en superficie, se añade lo subacuático, ya que «prácticamente cualquier rodaje en mar tendrá secuencias dentro del agua». En este caso, el entorno controlado puede ser tanto en pleno océano como en una piscina. En este sentido, detalla Bonnín que suelen viajar mucho a la península, como a la Ciudad de la Luz de Valencia o a Barcelona, donde tienen accesos a tanques, y hace un pequeño reclamo: «Sería maravilloso poder tener acceso a las piscinas de Son Hugo» o contar con el proyectado plató de cine acuático de Marratxí. «No paro de presupuestar proyectos que se acaban yendo a Catalunya o Valencia porque nos falta este factor», lamenta el isleño.

Volumen

No obstante, Balears, que en opinión de Bonnín podría «tener más rodajes de los que acoge» si mejoraran estas instalaciones, opina que también debe potenciar «sus microclimas», ya que por oposición a otros territorios con climas más restringidos, en Mallorca, por ejemplo, «si tienes un temporal del norte siempre puedes irte hacia el otro lado de la Isla y estás allí en dos horas con una mar plana que es fantástica».

Una de las acciones que deben realizar es la construcción de grúas en embarcaciones.

A pesar de todo, el trabajo no falta, y según Bonnín «España se ha beneficiado mucho de los rodajes internacionales». De hecho, desde Tramuntana no paran de ir y venir a la península y Canarias para rodar diferentes proyectos. Actualmente, uno en Málaga para Amazon y sin ir más lejos, una de las últimas producciones de Tramuntana ha sido In the grey, la esperada nueva cinta de Guy Ritchie (Snatch. Cerdos y diamantes, El ministerio de la guerra sucia y Sherlock Holmes, entre otras) que cuenta con Jake Gyllenhaal (Donnie Darko, Código Fuente y Nightcrawler), Henry Cavill (TheWitcher, El hombre de acero) y Eiza Gonzalez (Baby Driver, El problema de los tres cuerpos) en su reparto y se rodó en Canarias.

En Mallorca, la lista de clientes tampoco es corta, desde The Crown y Fall for me (Netflix), The Mallorca Files (BBC), Lioness (Paramount+) o Industry (HBOMax), sin olvidar documentales como The Climb o la cinta de Bollywood Pathaan. El horizonte no se otea mal desde Tramuntana, por lo que todo va ‘viento en popa’.