Nívola Uyá es valenciana, pero está afincada en Bunyola. | Marc Ayats

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Cuando Nívola Uyá vio el documental En busca del violín perfecto, quedó fascinada por la historia del lutier Gaspar Borchardt, que se propuso fabricar el violín perfecto para la prestigiosa artista Janine Jansen. Para ello, viajó por media Europa y sorteó multitud de obstáculos. «Es un relato muy bonito sobre un pequeño artesano que quiere hacer una obra maestra; una historia épica que plantea los límites de la creación. Es capaz de aventurarse en el bosque de los Balcanes y lidiar con un sinfín de problemas, como la tala ilegal, las mafias o los bosques minados de la época de la guerra, además de no conocer el idioma», cuenta Uyá, que inspirándose en esa película firma el álbum ilustrado El alma del violín (Cuento de luz), que llegará a las librerías este martes día 5 de noviembre.

«En el documental se ve que Gaspar es una persona naíf, muy bondadosa, que se ajusta a las normas. Por eso, incluso después del periplo para encontrar la mítica madera flameada de arce, el árbol de 300 años, decide no hacer nada: no puede talar semejante monumento de la naturaleza», destaca. «Ese momento me emocionó por su empeño, su pasión y su nobleza, pues nadie se hubiera enterado de haber usado la madera de ese árbol perdido en medio de la nada... Estamos tan acostumbrados a la impunidad que un gesto tan noble nos impresiona muchísimo», razona.

Portada de 'El alma del violín' (Cuento de luz).

Asimismo, la autora subraya que el proyecto le interesó porque aúna naturaleza y «co-creación». «Me he dado cuenta de que la historia tiene un ingrediente muy importante para mí: construir un violín es un ejemplo claro de co-creación, porque es un lutier que podría haber elegido cualquier madera de Bauhaus, pero en vez de eso buscó una madera tan noble que lleva 300 años formándose en unas condiciones determinadas. Es, por ello, una obra de la naturaleza y de él», justifica. «Ahora, en pleno debate sobre la Inteligencia Artificial, con procesos en los que cada vez tienen más peso las máquinas, es importante reivindicar la necesidad de poner el foco en la creación de una manera sostenible y consciente con la naturaleza. Porque si bien la IA puede tener beneficios para los creadores, nunca tendrán alma», insiste Uyá, cuyos padres precisamente se dedicaban a fabricar juguetes de madera. Además, en el álbum usa como hilo conductor algunas grandes obras de la historia de la música, como Chanson de matin, de Elgar; Las cuatro estaciones, de Vivaldi; Sexta sinfonía, de Beethoven o Sigfrido, de Wagner.

El interés por la historia de Gaspar Borchardt llevó a Uyá a visitarlo en su estudio de Cremona (Italia) el verano del año pasado. Su intención, puntualiza, no era adaptar el documental al formato de álbum ilustrado, sino «convertirlo en una fábula». Además, la autora confiesa que «no sabía como empezar el libro porque me daba pánico no poder dibujar bien todo el instrumental que usa para fabricar los violines. Así que decidí ir a su taller y documentarme bien sobre el proceso. Me hizo una visita personalizada a mí y a mi hija, que también ha participado en algún dibujo del libro, y nos explicó con todo lujo de detalles su proceso de trabajo», explica.

Allí, recuerda, presenciaron una «escena mágica». «Durante nuestra visita entró al taller una joven promesa del violín que tenía problemas con su instrumento, que no sonaba como quería. En un momento dado, le preguntó si tenía el famoso violín, el mejor del mundo, y lo probó. Cuando lo tocó se creó un silencio sepulcral. Era realmente mágico, tenía una potencia y un sonido... ¡tenía alma!», recuerda.