El interés del autor por la novela negra fue fruto de la lectura de un artículo sobre los aborígenes canarios, los llamados guanches. «Me interesó mucho su cultura. Crearon su religión en torno al volcán y lo perdieron todo cuando los conquistaron. Siempre me fue fácil empatizar con los perdedores, por eso me interesé por ellos. Su historia me recordó a Juego de Tronos», explica el autor.
Respecto al salto hacía la novela histórica y la recepción crítica que ha tenido, Díaz señala que «el tipo de lector es más pausado. Le gusta investigar, leer con otros ritmos. Pese a todo, intento que la novela histórica que escribo tenga un ritmo de thriller», subraya el narrador, a la vez que reconoce que su trabajo previo como guionista está presente en su forma de enfrentarse a la escritura de un libro. «En una serie para que la gente no se vaya a otra cadena necesitas enganchar, que pasen cosas, historias que tienen lugar de forma paralela. Eso es lo que introduzco en mis libros. Hago escaletas y esquemas sobre el libro que nacen de mi desempeño como guionista», dice Díaz, que formó parte de los equipos de guionistas de series tan conocidas como Compañeros o Aquí no hay quien viva.
Documentación
Sobre el proceso de documentación, uno de los problemas que se encontró fue que las crónicas actuales que se pueden leer sobre los guanches están escritas más de un siglo después, y todas firmadas por autores peninsulares. «Siguen siendo un enigma, nadie sabe cómo llegaron a Canarias. Sí que se sabe que son de origen bereber y que provenían del norte de África, pero se desconoce exactamente cuándo llegaron a las islas», narra.
En cuanto al porcentaje de realidad y ficción en Los nueve reinos, Díaz aclara que se trata de una ficción basada en hechos reales. «Los personajes existieron, aparecen los Reyes Católicos o Cristóbal Colón, pese a que están ficcionados los diálogos y algunos de los hechos. Eso me sirve para intentar evitar las lagunas que se darían entre los personajes. Es una historia que puede ser perfectamente real», afirma el autor, a la vez que traza dos curiosidades de la historia narrada en Los nueve reinos que tienen que ver con Mallorca. La primera, es que en Canarias se vivió una influencia de franciscanos mallorquines, quienes llegaron a las islas como misioneros, previamente incluso a la conquista de Tenerife. «Una de las hipótesis sobre el origen de la talla de La morenita, es que fueron estos religiosos mallorquines los que llevaron la imagen para saber cómo reaccionaban los aborígenes. Si no les daba miedo, era más fácil para los religiosos intentar inculcarles sus creencias», relata.
La segunda relación con la Isla tiene que ver con las Germanies, revueltas que se vivieron de forma muy intensa en Mallorca pese a que en la novela aparecen, como telón de fondo, las que tuvieron lugar en Valencia. «Me resultaba complicado hablar de las de Mallorca. Me costaba salir de una isla para ir a otra isla; ya que lo lógico sería ir por mar, pero el proceso de documentación me llevó a Mallorca para informarme», concluye el novelista.
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