La cineasta se ha documentado para hacer la película y tras su trabajo de investigación, concluye que los sistemas de acogida deben mejorar y se deben destinar más recursos y mejorar los protocolos, así como que los políticos tengan «más voluntad» en ese asunto. «Creo que a nivel social falta que este tema esté en la agenda, tiene que estar en primera línea. Estamos hablando de menores que son abusados», ha reclamado. El caso real de la 'manada de Corea' «impactó» a Juana Macías, que tuvo la «necesidad» de adentrarse en este tema, después de que le surgiesen muchas preguntas. «La película nació de ese mezcla de incredulidad al ver que un caso así estaba pasando y se sabía. Me indignó», recuerda. «A veces, parece que nos queda lejano, pero esto pasa bien cerca y esos menores dependen de lo público, dependen del Estado», ha recalcado.
En la película, Juana Macías persigue que los espectadores se sientan «incómodos y con una sensación desagradable», para entender «el lugar en el que estaban esas niñas». «Esta es una película muy especial para mí y cuanto más investigaba sobre el tema y sobre esta realidad, más sentía la necesidad de contarla», ha señalado. Hasta el momento, 'Las chicas de la estación' ha pasado por diferentes festivales, como la XIX Muestra de cine, el mundo y los derechos humanos en Pamplona o la 72ª edición del Festival de San Sebastián, donde tuvo su estreno mundial. «Por lo general, la película conecta con la gente y les emociona, y eso para mi era importante. También les revuelve, pero yo he querido poner esperanza y la sensación de que esto se puede terminar», ha afirmado.
La película está protagonizada por Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman, elegidas tras un casting realizado en toda España durante más de un año. «Buscábamos chicas jóvenes que tuvieran capacidad de transmitir y tuvieran naturalidad y que no la perdiesen ante la cámara», recuerda Macías. Tanto Salua Hadra como María Steelman han pasado parte de sus vidas en centros de menores, y reconocen que en la película se refleja bien el día a día de estos lugares. Steelman lamenta que en estos espacios en ocasiones a los menores se les vea como «números o subidas y bajadas de dinero». «El sistema está mal.
Los educadores y directores tienen buenas intenciones, pero no se les hacen contratos indefinidos y no hay estabilidad laboral para ellos», reivindica la joven actriz. María Steelman, que actualmente está estudiando una ingeniería en la universidad, sostiene que esta película es necesaria porque sirve para «concienciar», pese a que aborda temas difíciles. «Hay muchos tipos de abuso y muchos tipos de abusadores. La película habla tanto de los abusadores, como de los abusados, y puede que algunos piensen que lo hacen por elección propia. También habla de cómo va el desarrollo de la víctima, que se piensa que lo hace voluntariamente y que es la culpable y, en cambio, siempre ha sido la víctima», concluye.
2 comentarios
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Una película que retrata la dureza facial de los políticos que encubrieron el caso y en algunos casos, hasta fueron premiadas por el presidente del gobierno.
Que verguenza de imagen para nuestra isla