El director José Luis Garci viaja esta semana a Palma para participar en un concierto de la Simfònica.

TW
1

Es uno de los más grandes directores de cine de la historia del cine español; no en vano, fue el primer cineasta patrio en ganar un Oscar de la Academia de Hollywood, en 1983 con Volver a empezar, y, según la crítica, no tiene película mala. Hablamos de José Luis Garci (Madrid, 1944), autor de célebres cintas como El crack (1981), El abuelo (1998) o You’re the one (una historia de entonces) (2000). Este jueves 5 de diciembre participará como narrador en un concierto de bandas sonoras de la Orquestra Simfònica de Balears. Lo hará junto a su «amigo y cinéfilo» Inocencio Arias, todo ello dirigido por el maestro Pablo Mielgo en el Teatre Principal, a las 20.00 horas.

Normalmente, le conocemos por hacer cine, pero su visita a Palma será para hablar de cine. ¿Vamos a descubrir a otro Garci?
—Así es, y espero que sea una noche estupenda. No sé si se conocerá otra faceta mía. Hablaré de cine y de bandas sonoras junto a mi amigo Inocencio [Arias], con quien comparto programa de radio. Me encanta charlar de cine con personas que comparten conmigo el gusto por las películas, por su música, y estoy seguro de que será una noche muy agradable.

Hace mucho tiempo que no le vemos en Palma...
—Hace como ocho o diez años que no visito la Isla. Conozco bien Palma, he estado muchas veces. Me acuerdo de cuando estaba abierta aquella sala de fiestas, Titos, una especie de espacio de cabaret, lo era todo, en el Paseo Marítimo. Y me encanta pasear por el Born, un paseo que me recuerda mucho a Roma, no sé si hoy en día seguirá siendo igual. Siempre que he ido a promocionar allí mis películas lo he pasado muy bien. Y como aficionado al fútbol, no pude dejar de alegrarme de la victoria del Real Mallorca ante en Valencia esta semana; es un gran equipo, sólido, merece estar en la posición en la que está ahora.

¿Conocía a la Orquestra Simfònica de Balears? ¿Cómo llega a este proyecto?
—Es un proyecto que ha surgido de Chencho [Inocencio] Arias. Él sí que la conocía, conoce bien todo el estado Español de sus años de diplomático y él, además, estuvo en Hollywood como cónsul y fue embajador de la ONU. Es un gran cinéfilo y me dijo: ‘oye, podríamos ir a Palma’. Me lo propuso y acepté. No somos expertos en música ni mucho menos, pero hablaremos de algo tan maravilloso como es el cine y su música, una mezcla muy buena, un ‘bikini’ como dirían en Barcelona. Lo haremos sin ninguna pretensión, sin querer sentar cátedra, será una charla entre amigos.

Algunas películas son muy recordadas por sus bandas sonoras, más que por su condición de filme...
—Se recuerdan muchas películas por su bandas sonoras, sí. Yo, por ejemplo, tengo recuerdos de producciones italianas que veía en mi infancia; no sé si eran más buenas o más malas, pero sé que esas canciones se te quedaban. Algunas eran obras maestras por sus melodías reconocibles. También son reconocibles otras más recientes como La guerra de las galaxias, que ha tenido mucha influencia. También destacaría a Ennio Morricone, cuya música, a mi parecer, cambió del todo el mundo de las bandas sonoras. Diría que las bandas sonoras probablemente estén entre la mejor música del siglo XX. Son las grandes sinfonías de nuestro tiempo.

Pronto recogerá la Medalla de Oro de los Premios Forqué a toda su carrera. ¿Cómo recibe uno este tipo de reconocimientos?
—Con alegría y felicidad. Me alegra especialmente que sea por mi faceta de productor, porque normalmente se me ha premiado como director, salvo con el Oscar a Volver a empezar y en contadas ocasiones, y me encanta la producción, es un mundo que me apasiona.

¿Cómo recuerda ese momento en los Oscar?
—Con felicidad. Fui seleccionado cuatro veces y con Volver a empezar me lo llevé. Fueron días de conocer a mucha gente interesante, buenos recuerdos.

Lleva un tiempo alejado de los focos, ¿veremos pronto un regreso a la gran pantalla?
—No lo sé, eso nunca se puede decir. Yo pensaba que ya me había ido, pero volví en 2019 con El crack cero. Es muy difícil decir algo así. De momento, estoy bien, no tengo ansias de hacer más películas. Creo que ya he hecho lo que tenía que hacer y no le doy mayor importancia. Veo que estoy bien así; me encuentro en un buen lugar, trabajando en la radio, escribiendo mis libros y cosas de este tipo.

De cara a la temporada de premios, ¿tiene alguna película favorita?
—Le diría que la película La infiltrada. Y también una serie, El pingüino, me parece excelente.

¿Qué opina de la gente que prefiere ver un estreno en el salón de casa en lugar de en una sala?
—Los aficionados al cine hemos pasado de ser transeúntes de sala en sala a ser personas sedentarias que se quedan en casa viendo películas. Yo sigo yendo al cine, pero antes iba mucho más, entre otras cosas porque el aire acondicionado está muy frío. El otro día fui a ver Gladiator 2 y pasé un frío espantoso. Debe ser una moda.