«Pensaba que en el audio escucharía el típico canto de ballena, pero en cambio me encontré con algo totalmente diferente. Quedé gratamente sorprendido, porque luego escuché los trumpets y me di cuenta de que a partir de ahí sí podría construir un discurso», cuenta el artista. «La idea era reflejar un mundo submarino a través de un testimonio que es el piano. Invertí mucho tiempo investigando cómo se oía la música bajo el agua para poder plasmar cómo oirían los cachalotes el piano y la cuerda desde arriba y, a medida que se van acercando, la cuerda se encuentra a un nivel normal, en tierra. Ahí es cuando empieza la comunicación entre los dos», razona. «Quise reflejar la calma de la vida submarina, esa sensación de que los cachalotes parecen que se mueven despacio aunque en realidad viajan a toda velocidad. Más que épico, quería que fuera una introspección más poética», aclara Valent.
Por su parte, Brotons afirma que «las poblaciones se identifican por unos patrones rítmicos característicos, llamados ‘codas’». «La coda mediterránea tiene un ritmo de 3+1, que precisamente reconocemos de una canción conocida de Manolo García: Pájaros de barro, que precisamente mostré en la conferencia de Es Baluard. Es impresionante cómo ambos ritmos se acoplan a la perfección, sin necesidad de acelerar o desacelerar. Es una coincidencia cultural maravillosa entre dos especies diferentes que, sin embargo, habitan en un mismo entorno», destaca. «Fandangos, boleros... es curioso cómo humanos y cachalotes hemos llegado a la misma banda rítmica en el Mediterráneo. Eso nos lleva a preguntarnos: ¿qué hay detrás de la naturaleza? ¿Nosotros?», razona sobre los cachalotes, unos «vecinos muy desconocidos para el público general», coinciden, aunque Brotons lleva más de veinte años trabajando sobre ellos. «Lo que más ilusión me hace de este proyecto es ese encuentro de culturas. Estamos ante una pieza musical hecha por la cultura humana pero que se apoya en un lenguaje cultural no humano. Es como si cogieras un concierto de la sinfónica con un coro de cacatúas, como si estas cantaran la partitura», compara.
Así las cosas, Valent espera que este tema sirva para «dar a conocer la existencia de estos vecinos tan maravillosos, que habitan aquí mismo, así como la tarea de Tursiops y la necesidad de protegerlos».
Aunque el tema ya se pueda escuchar en las plataformas digitales, Valent avisa que la grabación que envió a Brotons todavía sigue bajo custodia. «Hay que tener en cuenta que un disco tiene la formación que tiene y tienes que adaptar tu discurso a ese formato, pensando también en que luego harás una gira de conciertos que tienen que ser asequibles. En este sentido, el músico avanza que ya tienen una fecha cerrada para presentarlo en el Auditorio Nacional de Madrid, en marzo, aunque faltan por concretar muchas otras, también en Mallorca.
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