Bellpuig está compuesto por varias edificaciones de las cuales destaca la iglesia principal, mejor conservada. | A.B.

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El Consell de Mallorca trabaja en un plan de usos inmediato para la ermita de Bellpuig, ubicada en Artà, y que ha visto varios trabajos de mejora y acercamiento a la ciudadanía durante los últimos años. Entre las labores llevadas a cabo por la conselleria de Cultura, liderada por Antònia Roca, se hallan la apertura del camino privado que da acceso al enclave así como la colocación de paneles y la inminente realización de visitas guiadas que, si todo va según lo previsto, deberían arrancar el próximo verano, de manera que el pueblo pueda acceder a conocer de primera mano una parte del patrimonio histórico y arquitectónico de la zona del Llevant.

La propia Roca avanza que «revitalizar y abrir Bellpuig fue una prioridad desde el primer día que empezó la legislatura» y por ello, durante el último año y medio, se ha logrado precisamente esa misma apertura y se han terminado las obras, así como la colocación de la campana que donó hace ya seis años el pueblo de Ós de Balaguer, de Lleida.

Cabe destacar la inminente puesta en marcha de visitas guiadas que empezarán el próximo verano impulsadas por el propio Consell de Mallorca, que permitirán conocer de primera mano el lugar en el que también se han instalado paneles informativos que explican la historia del monasterio y que van acompañados de códigos QR para que los visitantes puedan conocer en profundidad el lugar así como sus diferentes partes.

ARTA. PATRIMONIO. El nuevo proyecto de interpretación de Bellpuig acerca su historia a la ciudadanía.
Llorenç Galmés y Antònia Roca (en el centro) posan en su visita a Bellpuig de septiembre.

Entre algunas de las intervenciones que se barajan consta las artísticas como la de Miquel Barceló que llegó a ser presupuestada en tres millones de euros cuando se propuso en 2019, antes de la pandemia.

Al ser el monasterio un Bé d’Interés Cultural (BIC), toda intervención que se lleve a cabo en el recinto debe ser reversible, y desde el Govern y el Consell se baraja incluso la posibilidad de crear una fundación tal y como se hizo en su momento con la Seu.

La historia de Bellpuig se remonta nada menos que a los tiempos de la conquista de Jaume I, cuando el monarca de Aragón dio a los premonstratenses de Bellpuig de les Avellanes unos terrenos en Artà, así como una iglesia en Palma, en agradecimiento por el apoyo dado a la empresa militar de Jaume I en Mallorca.

En Artà fundaron un priorato y los monjes ocuparon el lugar de manera intermitente durante siglos. Bellpuig fue abandonado una primera vez hasta 1353 por problemas políticos externos y, finalmente, una segunda vez cuando los monjes marcharon en el siglo XV y el espacio pasó a manos de la familia Vivot y, posteriormente, a la familia Dameto en 1637, lo que provocó que el monasterio se convirtiera en una casa de payés hasta que en 1999 pasó a ser propiedad del Consell de Mallorca.

Impulso

En estos últimos 26 años el Consell ha intentado revitalizar el espacio y el impulso dado en el último año y medio ha sido el más importante y ahora, la llegada del inminente y nuevo plan de usos pretende no solo dotar de nueva vida al lugar con la aproximación a la ciudadanía, sino recuperar un espacio patrimonial para ser de nuevo parte de la red cultural de la Isla con actividades varias.