«Esta exposición puede parecer formal, pero no lo es en absoluto, porque es algo que trasciende los parámetros de los medios». Lo ha señalado este jueves Fernando Gómez de la Cuesta, coordinador general de Cultura i Arts Visuals de Cort, sobre la muestra Stuck, de Ángela de la Cruz (A Coruña, 1965), que se inaugura este viernes a las 19.00 horas en el Casal Solleric.
La muestra, ha explicado Gómez de la Cuesta, que también es el comisario junto a Iñaki Martínez Antelo, «subvierte los parámetros, estira hasta el límite, tratando de romper y desestructurar lo que entendemos por pintura». Sin embargo, puntualiza, «no lo hace con ánimo violento o iconoclasta, sino con afán revelador, para indagar sobre hasta dónde puede llegar la pintura». «Hay un malentendido muy extendido que consiste en definir las cosas por sus núcleos centrales, lo que está en medio y es inamovible; pero donde mejor se definen los conceptos es en los límites o las fronteras, en la fricción con otros conceptos. Entendemos qué es la pintura, pero lo podemos entender mejor cuando recorremos sus fronteras. A veces, Ángela lo hace por contacto, de forma empática con otras pinturas, pero también con las fricciones entre la propia artista y los comisarios para, luego, hacerlo con el público. En este sentido, lo que hace Ángela es frustrar las expectativas, lo que una persona espera que se va a encontrar en una exposición de pintura o de arte contemporáneo», ha destacado sobre la gallega, afincada en Londres, única española en ser finalista del prestigioso premio Turner y ganadora del Premio Nacional de Artes Plásticas en 2017.
Y lo hace, continúa, con aspectos sutiles como la colocación de las piezas, que pueden cortar el paso al espectador, en medio de una sala, o pueden estar en una esquina de la pared, medio escondida. «La exploración de esos límites genera inquietud, pero en cierto modo es una belleza inquietante; no es pura o edulcorada, sino que seduce e inquieta». Asimismo, Gómez de la Cuesta ha comentado que hay obras autorreferenciales, que están hechas «a su medida», tomando como referencia su propio cuerpo, especialmente su degeneración [la artista sufrió un derrame cerebral en 2005 que la dejó postrada en una silla de ruedas y con dificultades para expresarse verbalmente].
Por su parte, el otro comisario, Iñaki Martínez Antelo, ha explicado que el Casal Solleric es un espacio que tiene unas «complicaciones» y una potente carga histórica a las que no está costumbrada De la Cruz, puesto que «suele exponer en salas que son el típico cubo blanco, por lo que nos lo hemos tomado como un reto». Con todo, Martínez ha asegurado que hay piezas que parecen hechas a propósito para esta ocasión, aunque no sea así. Por ejemplo, Stuck, que da nombre a la exposición, ocupa una de las puertas de acceso del patio a la Planta Noble del Solleric, donde se ubica la propuesta. Martínez también ha remarcado que el trabajo de De la Cruz emergió a finales de los años 90, «cuando no era tan cool ser pintor, y era más trendy hacer vídeo o fotografía, pero ella insistió en dedicarse a la pintura».
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