Perteneciente al municipio de es Mercadal, tiene una capacidad de 4.703 plazas turísticas, con una superficie aproximada de casi cincuenta hectáreas por las que se reparten sus tres aparthoteles, una veintena de chalets y dieciséis comunidades de vecinos. Un típico ejemplo de zona turística cuya población residencial se estima en unas 300 personas, aunque en pleno agosto pueda albergar hasta 4.100. Un paisaje de zonas verdes que muta de los excesos del verano a pueblo fantasma en invierno, afectado por la estacionalidad que vive Menorca.
QUIEBRA. El 3 de abril de 1973 se aprobó el Plan parcial de Playas de Fornells. En esa misma fecha la urbanización había sido declarada Centro de Interés Turístico Nacional y su construcción se fue desarrollando con normalidad hasta el año 1992, cuando la quiebra de la promotora Hispaterra Menorca S.A. paralizó el proceso de ejecución de viales y servicios de los terrenos pendientes de urbanizar y frustró las promesas de sus futuros inquilinos. La dotación de servicios e infraestructuras no estaba terminada y las 16 comunidades de propietarios quedaron en la estacada hasta que el juez instructor de la quiebra obligó a que el consistorio asumiera la propiedad de las calles y zonas verdes, así como su mantenimiento. Entre 1992 y 1998 se inició una labor de captación de fondos para completar el alumbrado, las canalizaciones o las aceras, entre otros déficits, y un año más tarde se formalizó la colaboración con el ayuntamiento en el inicio de las obras pendientes. La aprobación del Plan Territorial Insular (PTI) en 2003 y su modificación en 2006, acabaron por desclasificar parte de las parcelas que no se habían ejecutado. En el año 2011, la Demarcación de Costas se encargó de paliar una de las grandes reivindicaciones vecinales, la de construir una pasarela de madera entre las playa de Tirant para el acceso seguro de residentes y turistas, así como paso del Camí de Cavalls, tal y como explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Playa de Fornells, Tomeu Coll Marquès.
DOS REALIDADES. Como la inmensa mayoría de núcleos residenciales sometidos a la estacionalidad, Playas de Fornells vive dos realidades durante el año. La que reivindica intervenciones en verano para cambiar el sentido en sus calles, porque los autobuses circulan a demasiada velocidad, o más papeleras para las necesidades de los perros, y la tranquilidad de los meses invernales, cuando todas estas intervenciones no hacen ninguna falta porque no llega ningún autobús y apenas pasean animales. “Desde San Juan hasta finales de septiembre hay movimiento, pero a partir de entonces queda muy poca gente”, explica el presidente de los vecinos. De hecho, Tomeu Coll vive y trabaja en Ferreries durante la semana pero los fines de semana de invierno los pasa siempre en Playas de Fornells. “Siempre hay peticiones para hacer nuevas mejoras que, poco a poco, se van ejecutando.
Cada año firmamos un convenio con el ayuntamiento para poder hacerlas realidad”, explica. “Por el IBI que se paga, entendemos que deberían existir más inversiones de las que hay, aunque se nota que el ayuntamiento va haciendo esfuerzos, como por ejemplo los bloques de hormigón que embellecen y protegen las zonas de contenedores de basura, cuyo coste de cada bloque es de 4.000 euros aunque no lo parezca”, justifica Coll. Para este año el consistorio ha previsto una inversión de 350.000 € a través de la empresa concesionaria de aguas que tiene que rehacer todas las canalizaciones y aprovechará para rehacer sus aceras.
SIN SERVICIOS. Playas de Fornells cuenta con tres aparthoteles, dos supermercados y una pequeña zona comercial, en la que hay restauración y bares que únicamente abren en temporada. “A nivel de servicios, Playas de Fornells queda huérfana en invierno pero es normal porque no hay suficientes clientes que justifiquen económicamente su apertura. Estoy seguro de que les gustaría poder abrir todo el año si hubiera más gente pero no puede ser”, justifica Coll.
Tampoco hay ninguna tienda abierta, por lo que los pocos habitantes que viven en el periodo invernal tienen que desplazarse hasta es Mercadal o Fornells para hacer sus compras. El perfil de los residentes de todo el año ha ido cambiando en los últimos tiempos y si al principio eran los británicos, ahora son menorquines o bien gente de la Península. Durante el verano, en cambio, hay muchos turistas, sobre todo italianos ya que el grupo Carema Playa, que explota los apartamentos Aldea Playa y Club Playa, tiene convenios con tour-operadores de esta nacionalidad.
En verano, la playa de cala Tirant acoge numerosos bañistas que en días de tramontana se convierten en surfistas en busca de olas. Desde hace cuatro años, Fornells alberga a finales de setiembre la celebración del triatlón ExtreMan y gracias a ello, las plazas turísticas entre hoteles y apartamentos de Playas de Fornells se llenan de deportistas que contribuyen a estirar la temporada hasta casi el último fin de semana de septiembre. “Hemos conseguido alargar diez días la temporada, dando un espaldarazo al comercio local de Fornells y los apartamentos de Playas de Fornells”, explica el alcalde de es Mercadal, Xisco Ametller quien confiesa que romper la estacionalidad es una de sus máximas preocupaciones. “Este año se superaron las 800 inscripciones y nos congratulamos del éxito conseguido, aunque todavía recuerdo, en la primera edición, los problemas que tuvimos que sortear y que hicieron peligrar la celebración hasta casi antes de empezar”, detalla Ametller. “Hemos comprobado que este tipo de pruebas contribuyen a romper la estacionalidad y por eso seguimos apostando por ellas, como por ejemplo la regata de Mataró al puerto de Fornells que iniciamos este mes de septiembre o el rally de coches que tenemos previsto para el 7 de diciembre”, confirma el alcalde.
“Estos días tenemos mil jubilados del programa Inserso en otra zona residencial turística de nuestro municipio que nos sigue ayudando mucho”, concluye Ametller. Cabe destacar que el municipio de es Mercadal es el más extenso de Menorca después de Ciutadella, con ocho zonas turísticas y 5.500 habitantes censados, que en verano fluctúan hasta los 20.000.
El reto de necesidades de servicio en saneamiento, jardinería o limpieza es complejo de gestionar y satisfacer al gusto de todos los habitantes en un paisaje de tanta estacionalidad como esta.
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