Joan Llull, junto a sus hijas, Lluïsa, Maria Antònia y Gabriela. La sede central del grupo Hipotels se encuentra en Cala Millor.

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Joan Llull (Son Servera, 1935) es el propietario de Hipotels. Sencillo, cercano, de pueblo, no deja de acudir a su despacho en Cala Millor ni un solo día.

Hipotels tiene 16 hoteles en Mallorca, siete en Cádiz y tres en Lanzarote. La apuesta por la calidad en una oferta de sol y playa es el distintivo de una empresa que reinvierte sus beneficios de forma constante en mejoras en sus establecimientos.

Hipotels pretende tener siempre sus establecimientos en perfecto estado, aunque sin renunciar a las posibilidades de crecimiento que puedan surgir. En este sentido, Hipotels ha comenzado la construcción de dos nuevos hoteles en Mallorca -en la Platja de Palma- y en las próximas semanas iniciará la edificación de un complejo turístico y residencial en México.

Joan Llull ha hecho de su trabajo una pasión aunque ya ha comenzado a pasar el testigo a sus tres hijas: Maria Antònia, Lluïsa y Gabriela.

Llull creció en el seno de una familia trabajadora de Son Servera, propietaria de un colmado. Esporádicamente ejerció de exportador de patatas al Reino Unido, aunque no tardó en iniciarse en la venta de material de construcción. Empezó con un único camión y no tardó en disponer de una pequeña flota.

Comencé en el negocio de la construcción y con 25 años me asocié a Joan Llinàs, que fue el pionero de la industria hotelera en Cala Millor. En 1969 hice mi primer hotel, el Hipocampo. Está en la primera línea de Cala Millor”, explica orgulloso.

Llull recuerda que antes de construir su primer establecimiento hotelero fue accionista de otros dos, de los que tiene la mayoría accionarial aunque no forman parte de su grupo empresarial. “En aquellos años nadie sabia nada del mundo de la hostelería, todo era una novedad”, comenta.

Rezuma vida, optimismo y alegría. El hotelero de Son Servera asegura que su empresa ha capeado bien la crisis y que la prudencia ha marcado siempre su gestión. “Nuestra empresa no ha sufrido la crisis. Analizamos con detalle la situación antes de pedir un préstamo. No me gusta ir rápido, pero tampoco estar parado”, argumenta.

CRECIMIENTO. Hipotels, en cualquier caso, no ha dejado de crecer. Habitualmente, la empresa ha construido sus establecimientos, aunque con el paso de los años ha adquirido un total de cinco hoteles en Mallorca, uno en Jerez y otro en Lanzarote.

Hipotels es una empresa saneada económicamente, con una importante capacidad de crecimiento y que cuenta con el valor añadido que siempre supone que los hoteles son en propiedad. De hecho, la empresa explota un total de 26 establecimientos de los que únicamente un pequeño hotel de Lanzarote está en régimen de alquiler. El resto son todos en propiedad.

Los grandes hoteleros mallorquines, sobrepasados los años 80, arribaron al Caribe en busca de altas rentabilidades y rápidas amortizaciones. Hipotels, en cambio, no dispone ni de un solo establecimiento en el Caribe y tiene, en cambio, 7 hoteles en la provincia de Cádiz y tres en la isla de Lanzarote.

Llull transmite orgullo cuando habla de sus hoteles en Cádiz. “Mallorca estaba saturada. Fue hace ya más de veinte años cuando tuve la oportunidad de comprar un solar en Chiclana de 140.000 metros cuadrados y construimos cuatro hoteles. La verdad es que no tenía ninguna vinculación con Chiclana, pero la zona me encantó”, explica.

Los primeros hoteles de Llull cumplían con un requisito indispensable: estar en primera línea de playa.

Hipotels no tiene ningún hotel en el Caribe, aunque es inminente el inicio de las obras de un complejo turístico-residencial en México. “Tenemos un solar inmenso. Son 2,5 millones de metros cuadrados en primera línea de playa de la Riviera Maya. Hace años decidimos venderlo, puesto que teníamos una buena oferta. El comprador, finalmente, cambió de opinión, la operación se frustró y ahora estamos perfilando el proyecto”, afirma Llull, que aventura que el inicio de las obras es inminente.

El proyecto de México permite la construcción de 1.100 habitaciones, justo al lado de la playa, y de unos 350 chalets residenciales en segunda línea. Además se está construyendo un campo de golf.

PLATJA DE PALMA. El espíritu emprendedor de Llull y sus tres hijas no tiene límites. México no es el único destino al que arribará Hipotels. El empresario serverí invertirá alrededor de 75 millones de euros en la construcción de dos hoteles en la Platja de Palma.

La Platja de Palma es un destino demandado por los touroperadores. Es necesario que la Administración mejore algunos aspectos de la zona, pero confiamos en que sean productos rentables”, afirma Llull. El proyecto de Hipotels, en principio, prevé la construcción de dos hoteles, uno de cuatro estrellas y otro de cinco. El establecimiento de cuatro estrellas tendrá 368 habitaciones y si se cumplen las previsiones abrirá sus puertas en marzo de 2015. El hotel de cinco estrellas dispondrá solo de 200 habitaciones y su apertura está prevista para marzo de 2016. Todo apunta que la segunda licencia del casino no será para el proyecto de la Platja de Palma, pero Llull tiene claro que su inversión en la zona no está ligada a él. “Guillem Alomar nos vendió los terrenos donde vamos a construir nuestros dos hoteles. Está justo al lado donde se había de ubicar el casino, pero son propuestas independientes. Abriremos haya o no haya casino. Puede variar la categoría de uno de los hoteles. Si hay casino, habrá un establecimiento de cinco estrellas, sino los dos serán de cuatro”, asegura.

CONCENTRADOS. Llull tiene concentrados sus 16 hoteles de Mallorca en la zona de Cala Millor. De igual manera, la práctica totalidad de los 7 establecimientos de la provincia de Cádiz se encuentran también en un radio de muy pocos kilómetros. Hipotels puede así centralizar algunos servicios -lavandería, por ejemplo- y ahorrar costes.

Los dos nuevos establecimientos de la Platja de Palma serán la primera aventura mallorquina de la compañía lejos de Cala Millor. “Es una buena zona. De hecho, los touroperadores nos lo piden. Pensamos que en los próximos años se visualizará un cambio y nosotros queremos contribuir a regenerar una zona madura, con gran tradición turística y enormes posibilidades. Es necesario que las autoridades inviertan y garanticen que la Platja de Palma es una zona tranquila. Hay demanda y por eso invertimos allí”, afirma el hotelero.

NACIONALIDADES. Hipotels es una empresa de gran tamaño, tanto por número de establecimientos como por habitaciones y camas. Los clientes de la compañía son de multitud de nacionalidades, aunque mayoritariamente predominan los alemanes.

La comercialización ha experimentado sustanciales cambios en los últimos años con la aparición de las páginas web y los grandes touroperadores on line. “Nuestro cliente más habitual es alemán, pero las nuevas formas de comercialización, nuestra página web y la venta on line provocan que tengamos huéspedes de muchas nacionalidades. En Cádiz, en verano, hay también muchos clientes españoles”, argumenta Llull, que controla casi a diario el tanto por ciento de clientes directos hospedados en sus hoteles.