De izquierda a derecha, Lluís Moll, Bernat Mascaró Morera y Toni Rotger, fundadores de la empresa. | Gemma Andreu

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No deja de ser excepcional en los tiempos que corren, toparse con una empresa del sector del transporte por carretera que haya crecido un 30% en los últimos tres años y demuestre una solidez y una trayectoria como la de esta firma de servicios logísticos de capital íntegramente menorquín. Mascaró Morera es actualmente la mayor empresa de transportes de Menorca y la segunda más grande de Balears por facturación, con una flota de 127 matrículas y una cifra de negocios de casi 12 millones de euros.

Un ejemplo claro de una empresa menorquina competititiva, que emplea a más de 90 personas y que está dando servicio a sus clientes locales y nacionales desde su central logística en el polígono industrial de Alaior, así como desde sus almacenes en Mallorca, Eivissa, Barcelona y Valencia. Mascaró Morera cumple años con la mirada puesta en abrir nuevos centros logísticos en la Península para plantar cara a los competidores más grandes.

EL RECADERO. Bernat Mascaró Morera era el recadero de Alaior en los años sesenta y con su pequeño camión desplazaba paquetes hacia Maó y Ciutadella en una época en el que todo el mundo le decía, que el futuro pasaba por el negocio del transporte refrigerado. Quizás lo primero antes de pensar en un camión refrigerado era satisfacer al cliente con un servicio tan poco frecuente hace 25 años como la entrega sin demoras ni despistes. Esta era una premisa que Bernat tenía clara cuando propuso a finales de 1989 a su amigo Lluís Moll montar la empresa de transporte por carretera. Pusieron en marcha la idea enseguida.

“El servicio de transporte en Menorca era una cuestión difusa porque las empresas encargaban cosas pero no sabían casi nunca cuándo llegarían. Nuestro granito de arena fue sencillamente asegurar que si cargabas hoy, llegaba al día siguiente”, explica Toni Rotger, que se incorporó también como nuevo socio en 1992. Los tres, uno de Alaior, uno de Ciutadella y otro de Maó, hicieron crecer el negocio desde cero con una flota de vehículos que ellos mismos conducían en un ir y venir continuo por toda la isla. Una historia empresarial que han vivido intensamente como lo demuestra el resguardo enmarcado que todavía conservan del ingreso de 2.000 pesetas con el que abrieron la primera cuenta corriente o el albarán del primer cliente. Actualmente Lluís Moll y Toni Rotger llevan la gerencia de la empresa.

La primera ruta que abrieron de Barcelona a Menorca tuvo como objetivo de rentabilidad conseguir tener la carga del camión siempre ocupada. “Fuimos los primeros en ofrecer transporte de carga rodada en vez de container, que era lo que llegaba habitualmente a la isla con su consecuente lentitud en manipulación y los elevados estocajes”, explica Bernat Mascaró. “Ofrecimos un servicio innovador en los años 90 que hacía que en 24 o 48 horas, la carga estuviera en Barcelona. Eran los inicios del just in time, que la gran mayoría de empresas de Menorca no disponían”, añade Lluís Moll satisfecho.

“Este fue nuestro primer éxito y el que nos abrió las puertas de muchos clientes, tanto del remitente como del destinatario”, detalla Toni Rotger. Se estaban convirtiendo en operadores logísticos de mercancías y paquetería industrial de referencia que, paulatinamente, extendieron de Menorca a Mallorca, entre las tres islas, y finalmente conectando Barcelona y Valencia con todas las Balears siguiendo una política de crecimiento controlada, sin tomar más riesgos de los necesarios. En el año 2000, coincidiendo con el traslado a la nueva nave del polígono de Alaior, consolidaron este crecimiento con la entrada de un nuevo socio inversor menorquín que se hizo con el 40% de la sociedad y que les facilitó abrir sus puertas a una especialización para todo tipo de transporte, excepto las mercancías peligrosas. “En la Península hacemos también transporte capilar punto por punto y tenemos rutas desde Castellón, Andalucía, Galicia y Madrid”, detalla Lluís Moll, quien apunta que la empresa funciona prácticamente cada día, de lunes a domingo, porque las rutas y los camiones no paran nunca.

LA AMPLIACIÓN. La empresa cuenta con una nave de 2.000 metros cuadrados en el polígono industrial de Alaior, en la que están sus oficinas centrales, pero dispone de almacenes propios en Barcelona, Palma y Valencia que suman 7.300 metros cuadrados en total. Fue precisamente en 2010 cuando acometieron la ampliación de la nave de Menorca, con una inversión de tres millones de euros para absorber mejor la demanda de transporte y poder operar con mayor comodidad.

“Con la reforma que hicimos, sin contar con ninguna ayuda pública, ampliamos 800 metros para poder disponer de cuatro cámaras frigoríficas de congelación, una cámara de frío y una sala de descarga que está a 10 grados, con un movimiento continuo de entradas y salidas”, explica Lluís Moll. “En total estamos hablando de una flota de 127 matrículas que se traducen en 80 camiones de todo tipo que estamos moviendo continuamente, con un consumo anual de 900.000 litros de gasoil”, especifica Lluís Moll, que acaba de conocer la noticia de la ilegalidad del céntimo sanitario aplicada a los carburantes.

“Tenemos un sector muy castigado, especialmente en Menorca, donde el tacógrafo no tiene ningún sentido más que el recaudatorio y donde se trabaja en un entorno de mucha competencia”, añade. “Pese a la envergadura de cifras de todo lo que movemos, nuestro sector trabaja con unos márgenes muy estrechos y hay que entregarse con la misma dedicación e intensidad del primer día”, remarca Bernat Mascaró. Una tarea en la que está implicado todo el personal.

SIN CRISIS.
A la pregunta sobre la coyuntura actual y la crisis económica, responden fuera de toda estadística, ya que han estado creciendo constantemente. De hecho, los últimos tres ejercicios, entre 2011 y 2012, han hecho un salto en la facturación desde los 8 millones de euros a los 11,6 que facturaron en 2013.

“No es que no hayamos notado la crisis, porque uno de nuestros clientes principales en la isla es Quesería Menorquina. Sabemos por el proceso por el que ha pasado como acreedores pero nosotros siempre hemos plantado cara a la adversidad, sin cerrarnos a trabajar únicamente en Menorca y reinvirtiendo los beneficios”, explica Lluís Moll.

“El mensaje del miedo por la invasión de empresas de fuera que habitualmente cala entre los menorquines, preferimos combatirlo. El camino va y vuelve para todos, por lo que la oportunidad también viaja en ella” añade Toni Rotger. “El secreto de Mascaró Morera ha sido un compromiso diario para ofrecer un servicio casi a la carta a todos nuestros clientes, contribuyendo a que las empresas hayan podido reducir su stock gracias a nuestro trabajo”, añade su fundador. “No he entendido nunca la excusa de que las cosas tardan una semana en llegar a Menorca si el barco sale cada día”, concluye Bernat.