Por desgracia, llevamos cuatro décadas instalados en una inercia facilona de sol y playa que está completamente agotada y que tiene su orígenes en nuestra propia manera de actuar, tal y como escribía sensatamente Esther Mascaró en la revista Hosteltur hace unos días, afirmando que los menorquines no se han decidido todavía a vivir del turismo porque para muchos es sinónimo de molestia, masificación y pérdida de identidad. Tengo la sensación de que algunas cosas quizás estén cambiando pero todavía llevamos el freno de mano puesto porque molesta que un hotel quiera construir un parque acuático para fidelizar a sus clientes en Sant Lluís, molestan las terrazas interiores de los bares del centro de Ciutadella o han molestado las iniciativas que apostaban por el turismo de golf para desestacionalizar la temporada, entre otras muchas cosas. El progreso económico de los menorquines pasa sobre todo por el turismo, o si preferimos, en un sentido más aspiracional, por el sector quinario, como afirma la Dra. Carolina Beltrán, en una sabia mezcla de cultura, educación, arte y entretenimiento con un tamiz turístico. Ejemplo de ello puede ser la obtención del reconocimiento de la Unesco a Patrimonio de la Humanidad por sus monumentos talayóticos, una fantástica iniciativa que deseo llegue a buen puerto pero donde todavía falta un compromiso real de la ciudadanía más allá del gestual, si tenemos en cuenta las modestas cifras de adhesiones recogidas en la pagina web de la candidatura (727), muchas de las cuales son de personas de fuera de la isla.
En fin, como dice la fraseología popular, lo llaman suerte pero es constancia; lo llaman casualidad pero es disciplina; lo llaman genética pero es esfuerzo. El verbo poder se conjuga estos días por todas partes, en una actitud de cambio que resuena al “yes, we can” de Obama. Menorca tiene que cambiar muchas cosas, empresarialmente hablando, para decidirse a entrar definitivamente en el negocio turístico y dejar de ser una marca blanca.
2 comentarios
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De forma resumida este "periodista", nos viene a decir, que Menorca debe encementar la Isla y dejar que los hoteleros y especuladores, realicen lo que han hecho en MALLORCA, vamos, saquearla. Por que eso es su futuro?¿?¿? Y aquí que han hecho todo lo que este "peridista", comenta, resulta que tenemos un modelo obsoleto, las zonas turisticas destrozadas, y ... A todos los iluminados que piensan como este. Alguien ha visto en cualquier estand de una feria, anuncio o lo que sea, ... imagenes de Hoteles, carreteras, playas masificadas, ... NO. Para atraer al turista se vende, Espacios naturales, paisajes idilicos, zonas poco masificadas, etc, ... y eso es precisamente lo que conserva y quieren conservar los menorquines. Y nosotros los mallorquines que tenemos todo eso, resulta, que hemos de cambiar el modelo por que es obsoleto. ?¿?¿ No hay quien entienda a los especuladores, FUERA CON TODOS.
Als menorquins ens agrada Menorca i la nostra forma de viure tal com és, tranquila però emprenedora, sense rotondasses absurdes ni autopistes i sense massificacions, ben nostra i no dels hotelers. És una illam petita i valuosa. Darrera tú, David, es veu la llarga ma d’ASHOME. Així sí que no podem.