En general se considera como baby boomers a la generación cuyas primeras cohortes nacen al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y se extiende hasta los nacidos en 1959. Es la generación más numerosa y rica en la historia de la humanidad, la primera en la que, al menos en los países desarrollados, las mujeres se han incorporado masivamente al mercado de trabajo. Si consideramos una edad de jubilación media a los 65 años, van a estar al menos, 15, 20 años cobrando pensiones y gastando la mayor acumulación de riqueza conocida hasta ahora.
Las previsiones indican que en el año 2050, de nuevo por primera vez en la historia de la humanidad, los mayores de 65 (dos mil millones) serán más que los menores de 5.
Estos cambios demográficos van a tener enormes consecuencias. La primera y más importante es la de quien va a pagar los impuestos, y cómo los gobiernos van a obtener los enormes fondos necesarios para pagar las elevadas pensiones asignadas en tiempos de bonanza. Las medidas que están adoptando los gobiernos, como el retraso en la edad de jubilación y el traspaso de la responsabilidad del ahorro a los individuos, no son suficientes para garantizar la supervivencia del sistema.
Los nuevos jubilados son completamente distintos de todos los anteriores. En Estados Unidos el 25% de los que viven en comunidades de retirados son solteros y muchas de estas comunidades cuentan con clubes de motoristas.
La mitad del consumo, en Europa y aún más en Estados Unidos, es realizado por los mayores de 50, un consumo que es superior al que realizan los de 18 a 39 años.
Estas nuevas costumbres se muestran claramente en la forma de vestir y en el tipo de consumo.
Estos pensionistas más ricos y más sanos, y fundamentalmente con mucho más tiempo libre, pueden viajar dónde y cuándo quieren. Ya son los principales clientes de los cruceros y poco a poco irán dominando otros segmentos del mercado turístico, totalmente distinto del turismo de sol y playa para las familias durante el verano, excepto en Canarias, que es el que actualmente impera en la mayor parte de los destinos españoles.
El turismo de ciudad, durante todo el año, el de sol y playa, al comienzo y final de la temporada, mientras el tiempo sea bueno y se haya reiniciado el curso escolar, pueden convertirse en segmentos de gran crecimiento y en los que España está muy bien posicionada, tanto por clima, infraestructuras y conectividad, como por proximidad a los grandes mercados europeos, puesto que, a partir de una cierta edad, en general, dejan de interesar los viajes de larga distancia y priman los de vecindad.
Haría bien nuestro sector turístico en irse preparando para un futuro que ya está aquí.
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