Menorca cuenta con rincones paradisiacos para enlaces exclusivos

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Desde Las Vegas al Empire State Building o las playas de Bali en Indonesia, Menorca todavía no ha conseguido posicionarse en el ranking de los diez lugares más de moda del mundo para casarse. Sí que se está convertiendo en un destino cada vez más demandado para celebrar enlaces matrimoniales, sobre todo por parte de extranjeros.

Como explica Laia Seguí, “menos a los españoles y a los italianos, que habitualmente se casan cerca de casa, al resto de ciudadanos del mundo les encanta escoger un destino idílico como el que Menorca representa, una isla pequeña con encanto natural en medio del Mediterráneo”. Esta experta wedding planner lo tiene muy claro porque lleva cinco años organizando celebraciones exclusivas en la isla, y está convencida de que la marca “Menorca Wedding” puede promocionarse desde la Conselleria de Turisme del Consell Insular de Menorca.

En este sentido, la menorquina Laia Seguí es una voz autorizada en la materia. Después de haberse formado en hostelería y dirección hotelera en la Universitat Autònoma de Barcelona, ha trabajado en empresas como Ritz Carlton en el Caribe, ha aprendido al lado de referentes como Ferran Adrià durante su stage en la cocina del restaurante El Bulli, o al lado de la empresa de su padre Toni Seguí, que el año pasado organizó la boda de la familia Mittal en Barcelona, una de las fortunas más importantes del mundo y propietaria de la industria Acerlor-Mittal. Además, Laia Seguí también ofrece sus servicios como chef privado para clientes extranjeros.

ALTO STANDING. Menorca es un escenario perfecto para la exclusividad que se busca en un evento de estas características. “Encanto natural y sincero a pequeña escala que nada tiene que envidiar a cualquier exotismo del Caribe. Menorca es un lugar seguro y tranquilo y goza de una situación estratégica en el Mediterráneo”, presume.

“En estos cinco años he organizado bodas para parejas en la que un cónyuge era de Catar o de Sudáfrica y el otro de Francia o de Noruega”, detalla. “El año pasado recibí a 150 invitados australianos que viajaron expresamente hasta aquí y también me organicé el enlace de la hija de un aristócrata suizo. La familia tenía casa en Menorca y les encantó la isla”, explica.

Según Seguí, la isla ya se posiciona como destino para bodas de alto standing, pero la contrapartida es que “a veces tienes que tirar mucho de la imaginación para saber sorprender”. “Aunque no lo parezca, no es fácil encontrar una playa privada en Menorca en la que poder celebrar un evento. También es peligroso el intrusismo que genera la organización de eventos. Da lla sensación de que cualquier persona está capacitada para preparar una celebración, pero la inexperiencia acaba dañando la imagen del resto de profesionales que nos dedicamos a esta profesión”, lamenta.