Imagen del equipo directivo del grupo Bonnín Sansó que lidera la empresa, frente a sus oficinas centrales en la calle Nou de Maó. | Jaume Ferrer Ribas - Javier Coll

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Decir inmobiliaria en Menorca es decir Bonnín Sansó. Así lo afirma una de sus vallas publicitarias y así lo llevan demostrando desde hace más de 27 años, convertidos en empresa de referencia para cualquier transacción de compra, venta o alquiler de viviendas, locales comerciales y parcelas. Sus cifras de negocio también lo avalan. Cuatro oficinas en Menorca y una en Mallorca, 33 empleados, una cartera de unas 5.000 propiedades, más de 20.000 clientes, un volumen de intermediación de 50 millones de euros, 500 operaciones de media el último año y una facturación superior a los 2 millones.

Este grupo familiar ha sabido crecer y administrarse gracias a la visión del empresario Juan Torres y el buen hacer de su socio, Colin Guanaria. La segunda generación ha empezado a tomar posiciones de liderazgo en la compañía con el claro propósito de seguir los pasos de una empresa inmobiliaria avanzada a su tiempo.

PIONEROS. El Grupo Bonnín Sansó fue una empresa pionera en el sector inmobiliario de Menorca cuando decidió abrir su primera oficina en la Avenida Menorca de Maó. El mallorquín Francisco de Asís Bonnín Sansó había aterrizado en la isla para expandir el negocio que tenía abierto en Palma.

En 1986 eran pocas las inmobiliarias en Menorca y decidió ponerse en contacto con el empresario Juan Torres, que llevaba más de quince años en el mundo de la construcción. “Abrimos la primera oficina en 1987 con seis empleados, iniciando una aventura cuyo objetivo era ayudar a hacer realidad el sueño de poder tener una vivienda en Menorca, pero ofreciendo seriedad, servicio y profesionalidad”, explica el actual presidente del grupo inmobiliario, Juan Torres. “Muy pronto nos convertimos en una empresa vanguardista porque fuimos de los primeros en publicitar nuestras propiedades en prensa, en pensar en el diseño de una guía de la propiedad en formato revista o en incorporar ordenadores para la gestión de las propiedades”, explica Torres orgulloso.

En 1991 unieron esfuerzos con el empresario Colin Guanaria, que provenía del sector inmobiliario. La alianza con Guanaria permitía a Bonnín Sansó poder abrazar al mercado británico, muy importante dada su relación histórica. Un año más tarde se expandían hacia Ciutadella con la apertura de una nueva oficina, enmarcado en un plan estratégico para ofrecer sus servicios en toda Menorca. “La crisis postolímpica nos obligó a cerrar es Castell pero incorporamos su personal en la central de Maó, ya que teníamos claro que debíamos no solo crecer sino evitar perder personas con talento”, explica Torres. De hecho, Sue Elder, su esposa, y Araceli Sintes son hoy en día las personas más veteranas de la empresa, que formaron parte de los inicios del grupo.

EN EL CENTRO. En 1996, el Grupo Bonnín Sansó decide dar otro paso estratégico con el traslado de sus oficinas al corazón de Maó, en pleno centro comercial. Con la adquisición de unos locales en carrer Nou, la inmobiliaria apostaba por privilegiar una ubicación óptima a pie de calle que permitiera convertirse en el centro de atención de todas las miradas. “La apuesta fue arriesgada porque la inversión fue muy elevada, pero teníamos claro que era necesario poder estar en la mejor calle comercial de la ciudad. En aquel entonces fue un poco insólito que una inmobiliaria tuviera este gran escaparate central”, explica Xisco Pons, gerente del Grupo Bonnín Sansó, que se incorporó a la dirección un año después procedente del sector bancario.

Este posicionamiento les sirvió para aprovechar el gran despegue que tuvo el mercado inmobiliario a partir del año 2000, en el que la liberación regulatoria ya no obligaba a ser agente de la propiedad para tener un negocio de estas características, lo que llegó a provocar la apertura de 60 inmobiliarias en Maó a lo largo del boom.

A nivel empresarial, coincidió con la jubilación del socio mallorquín Bonnín Sansó, que hizo que Juan Torres y Colin Guanaria se convirtieran en accionistas mayoritarios, asumiendo la gestión de las oficinas de Palma y abriendo al mismo tiempo dos más en el Port de Pollença y Cala Millor. Esto también provocó la creación de una estructura profesional interna, a cuya dirección comercial se incorporó Kerry Phillips, primogénita del presidente del grupo y procedente también del sector bancario.

En 2003 crecieron en Menorca con la apertura de una oficina nueva en es Mercadal y tres años mas tarde nuevamente en es Castell pero en una ubicación distinta. En aquel entonces, el Grupo Bonnín Sansó tenía siete oficinas y una plantilla de casi 40 personas.

INTERNACIONAL. La estrecha vinculación con el mercado británico les abrió la puerta a la internacionalización a otros países como Francia, Alemania, Italia o Suiza, con la incorporación de personas nativas en plantilla, así como a la formación continua en idiomas. La incorporación de Juan Mateo Torres en 2010 como adjunto a dirección y Verónica Torres, hijos del matrimonio Torres-Elder, como responsable de la oficina de Ciutadella, completó la incorporación familiar al grupo. Fue una etapa fructífera en los que la compañía también decidió abrirse al patrocinio de grandes eventos deportivos, como el paso de Menorca Basket por la liga ACB, o de equipos relevantes como el Sporting Mahonés, así como las citas musicales y operísticas que se producían en la isla.

FUTURO. El futuro del grupo inmobiliario pasa por seguir manteniendo su liderazgo y trabajando en el camino hacia la excelencia. Prueba de ello es que la práctica totalidad de entidades financieras e incluso fondos inversión les han confiado la gestión de su cartera de inmuebles.

Otro aspecto por el que han apostado ha sido el servicio de dirección y coordinación de obras para clientes que deciden construirse su segunda vivienda en Menorca, aportando experiencia profesional. A nivel de recursos humanos, mantienen una plantilla de 33 personas, 20 de las cuales son comerciales. Esto les ha permitido disponer de un departamento especializado en el alquiler de viviendas, una de las demandas actuales con mas crecimiento. “No nos hemos dedicado nunca a la promoción de viviendas sino que única y exclusivamente lo hemos hecho a la intermediación, con una gran responsabilidad para responder a las expectativas del cliente. Hace tres años, por ejemplo, cuando parecía que el mercado ruso tenía que convertirse en el gran inversor de Menorca, Bonnín Sansó decidió apostar más por el mercado francés, acertando en el diagnóstico y anticipándose a la mayoría de competidores”, explica Juan Torres.

Otra de las apuestas que está haciendo este año el grupo menorquín es trabajar para tener una mayor presencia en internet para poder seguir siendo referentes en el terreno online. “No solo hemos estrenado un blog de información útil para futuros clientes sino que también trabajamos nuestra presencia en las redes sociales como herramientas de comunicación”, concluye Xisco Pons.