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Pocos movimientos destacables hemos tenido en las bolsas durante estos días festivos o semifestivos, ni a nivel técnico ni micro macroeconómico.

Tal vez las dos noticias que más impacto han tenido han sido las palabras de Janet Yellen, presidenta de la FED (el equivalente al Banco Central Europeo), que vuelve a insinuar ciertos retrasos en las subidas de tipos de interés en Estados Unidos, que puede tener una interpretación negativa o positiva dependiendo de lo que quiera cada uno. La otra ha sido el relevo de César Alierta como presidente de Telefónica, compañía líder de la bolsa española, y que su evolución marca buena parte de lo que haga el IBEX 35. Los inversores, en principio, han visto con agrado la próxima llegada a la presidencia de Telefónica de José María Álvarez-Pallete.

En el aspecto técnico-gráfico, precisamente ha sido el IBEX el que una vez más se ha desmarcado perforando los soportes que tenía antes de las vacaciones. Se trata del nivel psicológico de los 9.000 puntos, que aunque técnicamente no es muy relevante, era un punto de apoyo. En el caso del selectivo español, es más fiable el de los 9.200 puntos, que puede ejercer una resistencia a las subidas. En caso de no consolidar por encima de estos niveles (primero el 9.000 y luego el 9.200), el de los 8.200 o el mínimo anual, aunque ya esté muy lejos, deberían servir de fuertes soportes.

En el resto de Europa, el EuroStoxx ha perdido puntualmente en alguna ocasión los 3.000 pero sin ser muy peligroso, manteniéndolo como gran soporte con un objetivo mínimo cercano a 3.300; mientras que el DAX se mantiene en el rango de 9.750-10.050 ya desde hace algunas semanas, por lo tanto hay que estar atento hacia dónde lo romperá.

En Estados Unidos la situación es mucho más tranquila. Por un lado, se mantienen alejados de soportes claves, principalmente el Nasdaq, que lo tiene en 4.100; aunque en caso de que el S&P rompiera el cercano 2.000, le quedaría el 1.850 que funcionó a la perfección en momentos de grandes pánicos. Por arriba, los objetivos deben estar en sus respectivos máximos anuales, aunque hoy por hoy no pueden visualizarse aún en el horizonte.