Big Data es el nuevo paradigma nacido de la accesibilidad y el abaratamiento de la comunicación. Sin embargo, el aumento de control y seguimiento de nuestra vida relacional, a través de internet y de redes sociales, puede ser preocupante desde la perspectiva de nuestra seguridad e intimidad. La tendencia actual tiene un parecido al Big Brother, descrito por George Orwell (1948) en su novela “1984”, una ficción sobre el exhaustivo control de una dictadura.
El último World Economic Forum (2016) reconoció la existencia de una cuarta revolución industrial caracterizada por: el Big Data; nuevas plataformas de internet; fluida comunicación entre oferta y demanda; robótica industrial; deslocalización productiva, etc. Sin embargo, aún convivimos con la tercera revolución (del mismo siglo XXI), basada en: comunicación digital; auge de energías renovables; creciente globalización económica; fuertes movimientos migratorios internacionales, etc. La 2ª (siglo XX) se caracterizó por: fin de la época colonial; gran innovación en transportes y comunicación, etc. Y la 1ª (siglo XVIII) por: la máquina de vapor; fuertes movimientos migratorios interiores campo -ciudad; expansión colonial, etc.
En 2015, la UE presentó un avance del Plan Estratégico del Mercado Único Digital, analizando posibles plataformas operativas (incluso de economía colaborativa) y futuras relaciones intersectoriales (con especial atención a pymes), para regular la nueva dimensión digital del actual mercado único (capitales, personas, mercancías y servicios). Este nuevo escenario del Big Data se caracteriza por: uso exhaustivo del smartphone (información y compras); menores costes operativos (tendencia low cost); mayor rol de la “marca” (causada por la globalización); mayor competencia y competitividad de empresas del mercado digital; desarrollo de nuevos instrumentos de marketing digital personalizado, y nuevos hábitos de consumo familiar (en especial en turismo).
Así pues, la sola presencia de un Big Brother que disponga de Big Data a nivel estatal afectaría a las operaciones de empresas privadas. Según evidencias recientes (p.e. el caso del desbloqueo del móvil de un terrorista por motivos de seguridad en EE.UU.), la intervención estatal es exhaustiva en muchos países y sobre todos sus soportes digitales. Por ello, un mal uso del Big Data por un Big Brother podría afectar a la competencia en operaciones online. Además, en empresas turísticas y solo a nivel empresarial hay otro tipo de reto como TripAdvisor; y en entidades financieras p.e. la competencia de empresas globales como Apple, Google, Paypal, Amazon y Alibaba, en pagos sustitutivos de sus tarjetas de crédito.
2 comentarios
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El peligro de que los gobiernos sepan todos nuestros pasos, es que puede haber "gente mala", que acceda a estos datos, y los utilize para hacernos daño, (no descarto incluso desde dentro), y no solo con fines industriales o comerciales, sino incluso sanitarios, o alimentación. Tendremos que volver a la edad de piedra, para reiniciar el "equipo infectado".