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En los últimos años se han dado cinco factores por los que la inversión en bolsa española sea poco aconsejable. Ahora, alguno de estos puede haber cambiado.

El último en incorporarse fue el posible brexit, ya que hay empresas cotizadas con intereses en Reino Unido, como Ferrovial y IAG, siendo esta última la que mayor castigo ha sufrido por este motivo. Este tema sigue “encallado” y aunque desde allí se solicita un “brexit duro”, no hay muchos avances al respecto, con lo que estas pueden recuperar terreno al ritmo que lo haga la libra. Además hay otras que se pueden ver beneficiadas de esta hipotética situación captando negocio venido de Londres.

La formación de un gobierno parece inminente (en el momento de escribir el artículo). El mercado está a la espera de valorar si el nuevo gobierno conseguirá cierta estabilidad en sus políticas económicas, especialmente las que atañen a las empresas.

Los intereses en Brasil, menos mediáticos que los anteriores, parecen haber hecho más daño. Posiblemente sea por el calibre de las empresas con grandes negocios en el país, especialmente el Banco Santander. También es posible que la recuperación del mercado brasileño tras el cambio de gobierno se deje notar en algún momento.

La situación de las entidades financieras, que tanto peso tienen en el IBEX, es muy preocupante sobre todo a largo plazo: la todavía alta morosidad, los bajos márgenes, las costosas demandas y la elevada deuda hacen pensar que, de todos, es el punto todavía menos claro.

Por último, la tendencia bajista que arrastraba en los últimos años parece haberse frenado en los 7.850 (algo que esperaba mucho inversor), y la posible recuperación de los 9.200 sería muy positivo en este sentido (con cuidado a la resistencia de 9.800).

Ante la mejora incipiente de algunas condiciones, puede ser positivo incorporar gradualmente algo de bolsa española en una cartera de renta variable diversificada.