Partiendo de la base de que un inversor que tiene una cartera de calidad está invertido en bolsas de fuera de la zona euro, es imprescindible valorar si merece la pena buscar rentabilidad extra por la divisa o cubrirse de ese riesgo.
El dólar es la más utilizada, lo cual ha dado jugosos beneficios, tanto por la subida espectacular de sus bolsas como la de su moneda respecto al euro. En estos momentos está intentando perforar la resistencia de los 1,05 dólares por cada euro. Se trata de un nivel clave aunque tiene demasiado cerca el psicológico de la paridad. De momento parece fácil que la tendencia sea esa, aunque no hay que descartar que el Banco Central Europeo cambie sus políticas expansivas y se produzca un cambio de sentido, en cuyo caso el nivel de 1,18-1,21 debe ser muy vigilado.
La libra, como se comentó aquí la anterior semana, está siendo castigada por el brexit. Si este se retrasa o se filtran noticias que no perjudiquen mucho al Reino Unido podría dar una oportunidad a los inversores, siempre teniendo en cuenta del peligro que supondría que el euro superara las 0,87-0,90 libras. El cambio con el yen parecía que iba a provocar la protección del tipo de cambio por parte de los inversores en la bolsa japonesa. Sin embargo, el euro no ha podido romper los 122 yenes girándose y dirigiéndose a los 111. La rotura de este soporte sería una gran noticia para quien no se haya protegido.
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