Teresa Artés de Arcos y Enric Picó son los propietarios del nuevo establecimiento, que ha sido reformado durante un año y medio, y que está situado en el centro del pueblo.

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Sa Creu Nova, un pequeño hotel de 16 habitaciones y un apartamento, abre sus puertas el próximo martes en Campos. Solo para adultos, combina elementos tradicionales de la arquitectura mallorquina con mobiliario de diseño moderno. El arte y la gastronomía son aditivos imprescindibles para un establecimiento que apuesta por la exquisitez. Hoy, después de un año y medio de obras y una inversión superior a los tres millones de euros, ha aparecido un peculiar cinco estrellas.

Enric Picó, maestro industrial, dirige diversas empresas de arquitectura y diseño de interiores. GAG 3000, Dicom Events y Taller de Disseny Picó son tres de las empresas, con más 120 trabajadores, que dirige el empresario catalán, pero de padre mallorquín. Su vinculación con la hostelería era hasta ahora inexistente, más allá de los proyectos que han desarollado sus empresas. Aficionado al mar, Picó ha pasado durante muchos años sus veranos en sa Ràpita. Hace ya algunos años fue intervenido quirúrgicamente de la espalda y fue entonces cuando decidió comprar una vivienda para cuando llegara el día de decir adiós a la navegación. Compró una primera vivienda, Sa Creu Nova, a finales de 2014. Eran 1.080 metros cuadrados y, conjuntamente con su mujer Teresa Artés de Arcos, decidió abrir un pequeño establecimiento hotelero. Inicialmente pensaron en llevarlo personalmente y Enric dedicarse así a la cocina, otra de sus grandes pasiones.

Junto a la enorme casa había un taller de bicicletas, que no tardaron en adquirir con la idea de construir allí un spa. Comprar la tercera casa, perfectamente integrada, fue culpa de un amigo. “Estaba interesado en explotar el establecimiento, pero me sugirió que un pequeño hotel necesita disponer de un mínimo de 14 habitaciones para ser rentable”, explica Picó. Y fue entonces cuando compró la tercera casa, anexa a las anteriores. “De esta manera, pudimos alcanzar las 16 habitaciones y un apartamento. Finalmente decidimos explotar el establecimiento directamente, puesto que la oferta que me hicieron la consideré excesivamente baja”, añade.

Las obras han durado un año y medio, pero el próximo martes llegarán los primeros clientes. “No ha sido fácil, puesto que hemos intentado mantener al máximo el estilo de la casa”, asegura el propietario, que ha sido especialmente escrupuloso con el mobiliario, cuidando hasta el mínimo detalle y siempre de diseño moderno con un aire clásico.

Las obras provocaron que Teresa trasladara su residencia a Campos, mientras que Enric Picó repartía su tiempo entre Barcelona y Mallorca. Teresa ha seguido la evolución de las obras, ha controlado su ejecución día a día y desprende ahora orgullo y satisfacción.

SERVICIOS. La intención es abrir durante todo el año. El hotel, de cinco estrellas, dispone de una piscina exterior, un pequeño pero completo spa y un gimnasio. Además, el establecimiento cuenta con dos restaurantes. Uno será de cocina mediterránea, que se denomina Tess de Mar, en honor a Teresa. Será dirigido por Juan Manuel Ocampo, que ejercía hasta ahora de chef del Hyatt Regency Dubaiy. Tendrá una capacidad máxima de 60 comensales y hará una apuesta por el producto local. Eduardo Salazar ejercerá de maître en un restaurante que dispondrá de una amplia oferta de vinos, muchos mallorquines.

La oferta culinaria del establecimiento se completa con un restaurante de cocina japonesa, que se denominará Kairiku (de la tierra y el mar) y que solo funcionará por las noches. Será de una sola mesa para diez personas y habrá de reservarse por internet. “Será un menú cerrado, de entre nueve y once platos, y la idea es que puedan compartir mesa personas de todo tipo y nacionalidad”, afirma Picó, que habla con especial pasión cuando se refiere a la oferta gastronómica del establecimiento. Será un restaurante muy peculiar en el que la puntualidad será fundamental, puesto que se servirá en un único servicio.

El hotel dispone de una extensa colección de obras de arte, tanto en los espacios comunes como en las habitaciones. Hay piezas compradas y otras en depósito, y todas están a la venta. Están en exposición y es la galería propietaria la que fija el precio y se queda con el posible beneficio. “El hierro tiene una presencia muy destacada, mientras que los muebles son de diseño, e incluso algunos están ideados por nosotros”, detalla Picó.

Desde Sa Creu Nova se pretende facilitar al máximo la estancia del cliente, tanto dentro del hotel como fuera y, debido a los problemas de aparcamiento en la cercana playa de es Trenc, se está pensando en establecer un transfer diario. Además, pretende que todas y cada una de las vivencias de los turistas alojados en el hotel, desde excursiones hasta compras o visitas culturales, cuenten con el asesoramiento del establecimiento, que velará por que reciban información de máxima calidad.

Nada está aún completamente decididio, pero la plantilla está previsto que sea de unos 20 trabajadores.

Los requisitos de un establecimiento de cinco estrellas son múltiples, pero la propiedad nunca dudó del tipo de producto que querían ofrecer.

“Es una filosofía que tengo de siempre, desde muy pequeño. Si hago algo, quiero que sea lo mejor. En mis empresas procuramos ofrecer excelencia y hemos sido reconocidos y premiados en multitud de oportunidades. Por eso, cuando decidimos abrir el hotel, desde el primer momento aposté por un cinco estrellas”, explica, al tiempo que se muestra orgulloso del logo del establecimiento.

“La primera casa, la de mayor tamaño, era conocida como Sa Creu Nova y decidimos que el hotel se llamara así. El logo del establecimiento tiene una historia curiosa. Mi padre regaló a mi madre la típica cruz mallorquina y es una imagen recurrente de mi infancia. Siempre la llevó colgada de una pulsera. Al hacer el logotipo del hotel me acordé y es una cruz mallorquina un poco retocada”, asevera el propietario, que no duda que en un futuro no muy lejano abandonará Barcelona para trasladarse a Campos.

Sa Creu Nova realizará la venta de forma directa y, por tanto, espera contar con huéspedes de nacionalidades muy diversas. En principio, todo hace pensar que los alemanes serán mayoría, aunque Picó recuerda el excepcional incremento que ha experimentado en los últimos años el turismo de los países nórdicos. Picó quiere estar informado, conocer hasta los pequeños detalles, aunque confía plenamente en el director del establecimiento y su equipo.

Rentabilizar un establecimiento turístico en temporada alta es sencillo, pero para obtener unos mínimos cuando llega el invierno y el frío es mucho más complicado. En este sentido, Sa Creu Nova confía en el cliente mallorquín, al que dirigirá interesantes ofertas de fin de semana. Además, confía en que la oferta gastronómica se convierta en un atractivo irrenunciable para todos aquellos residentes aficionados al buen comer.

Enric Picó rebosa felicidad y alegría, al tiempo que no deja de celebrar la excelente acogida que ha tenido su proyecto en Campos, “que nos ha llenado de todo tipo de enhorabuenas y felicitaciones”.