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He dedicado ya algunos artículos a comentar la necesidad de diversificar la cartera de productos turísticos del destino Baleares más allá del sol y playa y configurar experiencias turísticas singulares y memorables. He abordado el tema de la desestacionalización vinculándolo al turismo activo practicable en época de invierno, cicloturismo, senderismo y golf como propuestas de ocio de quienes nos visitan el resto del año. Y efectivamente, año a año comprobamos cómo se incrementa la apuesta del sector proponiendo a sus clientes actividades de carácter deportivo o cultural que pueden desarrollarse en lo que se ha denominado temporada baja. El interés es creciente y constante.

Hoy quiero referirme a una iniciativa que se ha venido celebrando entre los días 14 y 22 de mayo con un extenso e interesante programa y que ha resultado un verdadero éxito de participación y organizativo, lo que hace ya pensar en su continuidad a través de futuras ediciones. Se trata del acontecimiento denominado Wine Days. Tal como suena. Una semana dedicada a apreciar las bondades de los caldos que se producen en la Denominación de Origen Binissalem, promotora de este interesante proyecto.

Se trata de inscribirse en una variante del turismo que está obteniendo gran aceptación en el conjunto de España y que se enmarca en el denominado Enoturismo. Es decir, dedicar nuestro tiempo vacacional al mundo del vino viviendo unos días en contacto con la naturaleza, visitando bodegas y almazaras, conociendo los métodos de producción. Probando las variedades de las uvas que producen vinos tan afamados como en el caso que nos ocupa en la zona del Raiger de Mallorca con epicentro en Binissalem.

La actividad pretendida consiste en situar en el eje de estos días, apenas una semana, en el trabajo de la viña y la llamada cultura del vino y toda una suerte de actividades y entretenimientos que ambicionan obsequiarnos con nuevas sensaciones y nuevos conocimientos.

La organización de los denominados Wine Days ha supuesto poner en valor la actividad que se desarrolla en los municipios que constituyen la comarca en que se enclava la Denominación de Origen Binissalem que junto a este municipio son las villas Santa Maria, Consell, Sencelles y Santa Eugènia, y en los que la industria vitivinícola goza de una larga tradición muy anterior a la constitución de la Denominación de Origen y se alza como elemento dinamizador de la economía de estos municipios.

Conferencias, visitas a cellers y viñas; explicaciones sobre los medios de producción del vino, incluso la celebración de una marcha nórdica recorriendo los viñedos de la zona, son algunas de las actividades que han completado un programa novedoso y atractivo demostrando que existen alternativas al ocio playero.

Senderismo, cicloturismo, carreras en montaña, regatas a vela y ahora enoturismo se constituyen progresivamente en ofertas de ocio que por su singularidad y atractivo resultan una alternativa a la oferta turística clásica y ofrecen al nuevo turista objetivos distintos y atrayentes que despiertan la curiosidad y el interés de quienes nos visitan ocasionalmente y, ¿ por qué no?, de los ciudadanos de Balears.

La cultura del vino es de larga tradición y vive un momento de creciente interés y curiosidad signo inequívoco de una sociedad con intereses más variados y elevados. Disfrutar de una copa de buen vino elaborado en Mallorca conociendo la secular cultura rural de nuestros pueblos y sus gentes se alza como un elemento más de nuestra cada día más variada y poderosa oferta alternativa.