CAEB. Para el presidente de CAEB en Menorca, José G. Díaz Montañés, estamos asistiendo a un cambio de ciclo económico, después de que las circunstancias externas nos hayan permitido durante los últimos tres años beneficiarnos de la caída de nuestros competidores. La excesiva dependencia de la touroperación en Menorca tiene estas consecuencias y ahora se está volviendo a desviar el turismo hacia otros destinos más rentables. Según Montañés, “hay que saber si durante estos años de bonanza hemos hecho los deberes como isla, es decir, si hemos invertido en mejorar Menorca y nuestros establecimientos para poder ser más atractivos y más competitivos. Por el contrario, si nos hemos dedicado a hacer caja, pagaremos las consecuencias de ello. Ni hace dos años éramos tan buenos ni ahora somo tan malos. Cada cual deberá hacer autocrítica de lo que ha hecho o dejado de hacer. La gente viaja, compara y decide. En Menorca es fácil identificar quién se ha instalado en ofrecer lo básico y quién ha apostado en renovarse, en mejorar”, apunta.
PIME. La secretaria general de la pequeña y mediana empresa, María García, constata que todos los sectores turísticos están teniendo unos resultados peores respecto 2017, cuando la expectativa que se había generado es que volvería a ser un muy buen año. También constatan el desánimo y la preocupación por esta situación desde el empresariado al temer que puede ser un año perdido. Desde PIME opinan que Menorca presenta demasiadas deficiencias internas que contribuyen a no aprender a consolidar el destino, un problema que lleva demasiados años produciéndose y que actualmente está marcado por las obras de remodelación de la carretera general, la limitación a determinadas playas que generan problemas colaterales o la falta de servicios de playa, entre otros. “Es cierto que se produce un cambio de ciclo turístico, pero esta realidad ha pasado ya otras veces y no parece que se haya aprendido nada ni desde la administración ni tampoco en algunos casos de las propias empresas”, dice García.
CERCLE D'ECONOMIA. Para el presidente del Cercle, Paco Tutzó, los malos resultados de 2017 responden a una situación de coyuntura económica producida por una serie de factores, como la pérdida del enlace con el Reino Unida tras la quiebra de Monarch o la recuperación de los mercados competidores con ofertas agresivas que explican la caída del turismo. Según Tutzó, si bien es cierto que Menorca está haciendo esfuerzos para alargar la temporada turística, la falta de conectividad aérea en invierno se convierte en un verdadero talón de Aquiles. Para el representante del Cercle d'Economia de Menorca la situación se ve con preocupación y opina que no habrá más remedio que reaccionar de algún modo u otro. En este sentido, opina que los hoteleros tendrán que sentarse a negociar nuevamente con los touroperadores después de haber estado un tiempo apostando por la contratación directa.
ASHOME. Desde la Asociación de Hoteleros de Menorca, su presidente, Luis Casals, cree que la temporada empieza a reflejar los datos que tenían encima de la mesa los empresarios “porque estamos dentro de un cambio de ciclo turístico”. En este sentido, desde Ashome ya se ha empezado a diseñar y trabajar en un plan estratégico para posicionar de nuevo Menorca en el mundo, un plan de largo recorrido y ágil en el tiempo que pueda asumir los cambios que puedan venir. La entidad hotelera considera que no se han podido desarrollar grandes infraestructuras ni a nivel empresarial ni a nivel público como por ejemplo la carretera, los parkings en la playa o los accesos a las urbanizaciones, pero también se sufre en cuanto al transporte aéreo.
La petición de Ashome es que se empiece ya a trabajar para 2019 en el diseño de una estrategia para poder mantener el destino de Menorca entre los elegidos.
AVIBA. El representante de las agencias de viaje, Lorenzo Pons, fue el primero que anticipó que las expectativas creadas a nivel de turismo para este 2018 no se cumplirían porque 2017 no podía ser un año de referencia. Pons opina que la isla tiene un grave problema “por no saber fidelizar al turista que nos visita”. En este sentido, critica el mal estado de las urbanizaciones y de las playas, algunas de las cuales, como Punta Prima, no cuentan todavía con los servicios pertinentes, además de las obras de la carretera. Tampoco le parecen bien otros elementos como la ecotasa.