UN GARAJE. Cuando le propusieron a Alejandro Pérez Verdú quedarse en Menorca para trabajar en 1952 tras acabar el servicio militar, abrió un pequeño taller en un garaje de Ciutadella donde instaló una vieja máquina con la que cortaba piedras de marés y mármoles que le encargaban para la construcción. Un trabajo hecho a mano como buen artesano que era, cuya destreza le ayudó a labrarse un nombre y asumir cada vez más pedidos. Al principio junto a su hijo mayor en solitario, pero poco a poco incorporando algún aprendiz hasta que el taller se hizo pequeño y decidió trasladarse a Alaior, donde consiguió un local más grande en 1969 y con el que constituyó la empresa Mármoles Verdú Sociedad Anónima. La evolución del negocio fue siguiendo el crecimiento turístico de Menorca, con la construcción de los primeros apartamentos y hoteles en el que los mármoles y los granitos revestían las obras, generando cada vez más volumen de trabajo y una especialización en los acabados. Todo ello, sin dejar de llevar a cabo trabajos escultóricos que también le encargaban y que hoy decoran algunas plazas y espacios de Menorca.
En 1982 adquirieron una nave industrial en el nuevo polígono industrial de es Mercadal, dando un paso más en la consolidación del negocio. “Compramos la primera nave que se construyó en el polígono con la visión de crecer a futuro”, explica Carlos Pérez Belda, gerente de la empresa desde la jubilación de su padre hace 25 años y tercera generación. En Mármoles Pérez Belda también trabajan seis de los ocho hijos del matrimonio, con Carlos al frente junto a sus hermanos Salustiano, Alejandro, José María, Manuel y Gabriel en diferentes tareas. “Cuando se habla de negocio familiar, el nuestro es un claro ejemplo ya que nuestro padre nos enseñó los valores del esfuerzo y el compromiso”, añade. Actualmente disponen de 2.000 metros cuadrados de elaboración y exposición y otros 2.500 de superficie exterior en es Mercadal y Ferreries.
MODERNIZACIÓN. La mecanización de los procesos de trabajo fue lo que les permitió poder asumir trabajos de mayor envergadura y multiplicar la productividad de un negocio donde el factor manual había estado muy presente. Desde que en 1999 incorporaron la primera máquina de corte de disco puente y control numérico, no se ha dejado de llevar a cabo un plan continuado de inversiones que ha contribuido a asumir encargos de mayor volumen e incluso abrirse a trabajar fuera de Menorca. “Este año hemos invertido más de 350.000 euros en tecnología y maquinaria que nos permiten mejorar la productividad y al mismo tiempo ahorrar costes. Maquinaria de corte CNC que nos permite producir hasta siete cocinas al día o maquinaria de termoformado para el corian y krion, dos materiales con los que fabricamos encimeras de lavabo”, explica Carlos Pérez. El catálogo de materiales que comercializan y con los que trabajan es infinito y va desde los granitos nacionales y exóticos, las piedras, el marés, las pizarras, el mármol, los porcelánicos, el silestone o el dekton, entre muchos otros. Siempre han sido proclives a asistir a ferias en Alemania, Italia y España para descubrir nuevos materiales y generar contactos comerciales. “Nuestra estrategia comercial de crecimiento ha sido también estar presentes en todas las tiendas de decoración con nuestros materiales”, añade Carlos Pérez. A lo largo de estos 50 años de existencia han sobrevivido a tres crisis, con prudencia y una capitalización del negocio para superar los baches.
CURRÍCULUM. El currículum de proyectos públicos y privados en los que Mármoles Pérez Belda ha participado es sin duda espectacular. Desde el Hospital Mateu Orfila, el Teatre Principal, los juzgados de Maó, los edificios de Correos y de la Policía de Ciutadella, diversos institutos y colegios de Menorca, la rehabilitación del Palacio de Ca n'Oliver de Maó, el Auditorio de Ferreries, así como una larga lista de obras a particulares, como también la construcción o reforma de hoteles por toda la isla, los últimos el Hotel 55 del Grupo Set Hotels y la reforma de los baños del Hotel Cala Galdana. Pero Mármoles Pérez Belda no solo se ha quedado en Menorca sino que ha llevado a cabo trabajos en toda Balears, así como también a nivel nacional e internacional. Precisamente este año están haciendo un trabajo de colaboración con otra empresa de Almería para la construcción de unas piezas especiales de mármol compac con unión de junta invisible, que van a estar suspendidas en techos, cuyo destino final será Japón. “Es la primera parte de un proyecto que estamos llevando a cabo fuera de Menorca y que nos hace especial ilusión”, detalla el gerente. De momento, trabajo no les falta.