Judith Morillas de Sa Xaranga dinamizando una de las actividades pedagógicas en un evento.

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Tienen entre sus clientes a centros escolares, ayuntamientos, consorcios, asociaciones de padres y madres, e incluso equipamientos culturales como bibliotecas o museos, entre otros. Y es que aprender jugando se ha convertido en una de las estrategias pedagógicas más eficaces para conseguir mejorar la transmisión de conocimiento desde cualquier ámbito.

Sa Xaranga surgió de un proyecto asociativo sin ánimo de lucro impulsado por un grupo de amigas de es Migjorn Gran que se dedicaba a organizar actividades infantiles de animación y se acabó constituyendo como empresa de servicios socioeducativos cuando decidieron profesionalizarse en 2012, más allá del terreno infantil.

Hoy tiene en cartera una media de 20 a 25 proyectos en marcha durante todo el año y factura más de 120.000 euros, lo que pone de manifiesto que las actividades del que se conoce como tercer sector tienen demanda si ofrecen un contenido riguroso y profesional.

TRAYECTORIA. El alma de Sa Xaranga lo constituye Judith Morillas junto a Noemí García, que decidieron dar forma a su hobby al acabar su etapa formativa en la facultad de pedagogía y de medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona y después de diversas experiencias en el mundo laboral. “Siempre me había sentido atraída por todo aquello que podemos aprender fuera de la escuela”, explica Morillas.

Su fórmula secreta es la suma de ocio, educación y creatividad, unos atributos que les han posicionado como una de las empresas de referencia. Cuentan con un equipo de más de diez monitoras, algunas en plantilla y otras en función de la dimensión del encargo para atender todos sus compromisos. Algunos de sus proyectos de más envergadura han sido el diseño y desarrollo de actividades didácticas para instituciones o organismos como el Museu de Menorca, el Centro de Geología de Ferreries o el Consorcio de Residuos de Menorca.

Con el museo empezamos a colaborar en 2015, a partir del encargo que recibimos para traducir a lenguaje familiar e infantil una de las exposiciones temporales que ponían en marcha. Ello implicaba generar actividades para grupos escolares, además de organizar mensualmente un taller para familias”, detalla Judith Morillas.

“Teníamos que trabajar en colaboración con el personal técnico del museo y con el comisario de las exposiciones, para que pudieran supervisar los guiones de nuestras propuestas didácticas y lúdicas”, añade.

Con el Centro de Geología tenían la misión de acercar este espacio de información geológica a familias, planificando actividades dirigidas a este tipo de público dentro y fuera del propio recinto. Y con el Consorcio de Residuos tuvieron que organizar talleres didácticos dirigidos a escuelas para promover la reducción de residuos y el correcto reciclaje.

Ejemplos de distintos proyectos a los que se podrían sumar otros encargos de similar índole en eventos de gran afluencia como la feria Menorca Connecta de tecnología, la Fira Arrels de producto local y gastronomía o recientemente la Fira del Llibre en Català.

El ámbito de intervenciones socioeducativas de Sa Xaranga es realmente muy amplio y se ha extendido a otros sectores, como el turísico, donde trabajan para una agencia de viajes catalana especializada en organizar expediciones de fin de curso a Menorca, o también en el ámbito de los servicios sociales para el que han creado un programa de actividades intergeneracionales para los ayuntamientos de es Migjorn, Alaior y es Castell en sus centros de día para personas mayores.

“Estamos muy contentas de todo los que hemos podido ir construyendo estos años y de habernos podido consolidar con una oferta de servicios profesionales y de calidad en materia de ocio y tiempo libre”, concluye Judith Morillas.