Inversiones que le permitirán convertirse de lleno en una infraestructura del siglo XXI y que lo convertirán en uno de los aeropuertos más avanzados de la red AENA. Ejemplo de ello es la reciente implantación de los sistemas biométricos para el pasajero de salida, donde la tecnología está propiciando que los procesos de embarque reduzcan los tiempos y hagan más fluido el paso por los distintos filtros.
ACCESOS EXTERIORES. Los primeros cambios en el aeropuerto de este plan de inversiones empezaron a ser palpables a finales de 2018, cuando finalizaron las obras de adecuación de los accesos exteriores de la zona de llegadas con un cambio de las aceras, la renovación del mobiliario exterior o la nueva señalética. También el año pasado se llevó a cabo la renovación y ampliación de los aseos de llegadas y este 2019 se han ejecutado las obras en los de la zona de salidas. AENA ha aprovechado no solo para actualizar y modernizar los lavabos sino también para crear aseos para personas ostomizadas, convirtiéndolo en el primero de toda la red en hacerlo.
Este año también se ha habilitado una sala de confort en la zona de embarque que viene precedida por la sala de office que se abrió en la zona de interislas, pensando en que la experiencia del pasajero fuera más cómoda.
Otro de los trabajos encargados es la creación por primera vez en el aeródromo menorquín de una sala VIP, una demanda que venían solicitando poder ofrecer las compañías aéreas a los pasajeros, teniendo en cuenta el crecimiento que había experimentado el aeropuerto. A finales de este 2019 empezará también una obra en los controles de pasajeros consistente en una mejora de la zona con la instalación de máquinas para acceder con la tarjeta de embarque, ganando amplitud.
MEDIO AMBIENTE. A nivel medioambiental está prevista la instalación de 1.725 paneles solares en las marquesinas del aparcamiento principal del aeropuerto que supondrán la generación de alrededor de un millón de kilovatios/hora al año, lo que permitirá cubrir el diez por ciento de las necesidades energéticas del aeropuerto, equivalente al consumo de un centenar de hogares, con la consiguiente reducción de emisiones que se calcula en 370 toneladas de dióxido de carbono.
Además, el aeropuerto cuenta actualmente con tres puntos de recarga de vehículos eléctricos y hasta 2021 se va a producir un despliegue de 35 puntos de recarga de este tipo de vehículos. Otra de las mejoras que se están llevando a cabo es la construcción de unas pérgolas en todo el recorrido desde la terminal hasta el parking de los rent a car con el objetivo de proteger a los usuarios tanto de el calor como de la lluvia.
OPERATIVA INTERNA. Finalmente, a nivel de operativa interna, otra obra que ya está iniciada es el cambio de las máquinas de inspección de equipaje de bodega. La normativa europea exige que para septiembre de 2020 todas las máquinas que inspeccionan las maletas que van a los aviones sean de un determinado estándar.
Con esta mejora, Menorca será también el primer aeropuerto de la red en implantarla, mejorando no solo la seguridad sino también el sistema de tratamiento de equipajes. Dentro de la operativa interna, uno de las grandes inversiones para el aeropuerto de Menorca, del que ya se ha empezado el proyecto de redacción, es la construcción de la nueva torre de control.