Los morteros de cal son de origen natural, ecológicos y transpirables. Los investigadores de la UIB se han propuesto seguir mejorando este material de construcción y se han centrado en estudiar la parte térmica de confort interior. Han creado dos morteros que ya han sido licenciados para su uso y explotación a la empresa Unicmall.
El mortero de cal con un aditivo de hueso de sepia confiere propiedades termoaislantes, de ignifugicidad y baja densidad y es apropiado para revestimientos continuos o soleras; mientras que el mortero de cal con un aditivo de óxido de hierro confiere propiedades termoaislantes, antisépticas y de ignifugicidad. “Ambos morteros mejoran un 40% las prestaciones térmicas, los dos son igual de efectivos. La diferencia es que el de óxido de hierro tiene un color terracota que lo hace apropiado para hacer las juntas de las paredes y, por el tipo de material, será más caro que el de hueso de sepia”, explica Joan Muñoz Gomila, investigador de la UIB.
La normativa urbanística para viviendas catalogadas patrimonialmente limita el uso de materiales de construcción de cemento Portland, de manera que se pueden utilizar solo materiales de construcción de origen natural o animal y se prohíben materiales sintéticos de alta eficiencia en aislamiento térmico. Es por ello que uno de los mayores retos en el campo de la edificación es mejorar la capacidad de aislamiento térmico en los materiales empleados en el sector de la construcción.
SENSORES TÉRMICOS. El Grupo de Investigación de Construcciones Arquitectónicas e Ingeniería de la Edificación también ha fabricado un sensor de confort interior que indica con una luz piloto cuándo es mejor abrir las ventanas para bajar la temperatura de la casa y cuándo es mejor que no. El Grupo colabora con el Ibavi para que lo instale en sus promociones y ya lo ha colocado en las viviendas de protección oficial de Sant Ferran, en Formentera. En un futuro podrían licenciarlo a empresas para su uso en promociones privadas.