La Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Menorca ha hecho público recientemente su estudio anual sobre el estado de las urbanizaciones de Menorca al inicio de temporada de verano, reclamando una mayor atención por parte de las administraciones públicas y el compromiso para cuidar, renovar y modernizar las zonas turísticas de la isla.
Desde PIME Menorca consideran que esta nueva legislatura que acaba de empezar debe servir para solicitar la participación del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo con fondos económicos destinados a la financiación de verdaderas infraestructuras turísticas y zonas turísticas maduras de Menorca, junto a ayudas dirigidas a la modernización de las empresas turísticas de la isla.
“Como la ecotasa no tiene incidencia en la mejora de la urbanizaciones, hay que apelar al Ministerio ya que se trata de inversiones comprometidas para otras zonas turísticas de las Illes Balears como Calvià y Platja de Palma. Ahora tocaría el turno de Menorca”, explica María García, secretaria general de PIME.
Ante el inicio de la temporada turística, las urbanizaciones de Menorca se encuentran en una situación similar al año pasado. “Han mejorado muy levemente las valoraciones de los encuestados respecto a 2018. Se nota el incremento de medios puestos a disposición por parte de las administraciones competentes, probablemente por la coincidencia de la pasada campaña electoral”, detalla García.
“No obstante, el trabajo no está ni de lejos completado. Existe un gran margen de mejora, y este debe ser el objetivo a perseguir durante los próximos cuatro años por parte de los ayuntamientos, Consell Insular de Menorca y Govern de les Illes Balears. El destino debe seguir avanzando para procurar su máxima y mejor competitividad frente a otras destinaciones competidoras”, comenta García.
De las urbanizaciones analizadas, repiten como las peores Binibèquer Nou y Binissafúller, pertenecientes al municipio de Sant Lluís, ya que suspenden en seis de los parámetros analizados. Por otro lado, Cala Llonga, Es Grau y Sa Mesquida en Maó, Port d'Addaia en es Mercadal y Sant Tomàs en es Migjorn se sitúan entre las mejores urbanizaciones.
“Desde 2001 se ha avanzado, tal y como nos lo demuestran los datos históricos de la encuesta, pero existen deficiencias estructurales que requieren de un plan integral de inversiones para zonas turísticas, como por ejemplo la red de saneamiento y alcantarillado, nuevas iluminaciones y aceras, el asfaltado de calles, la habilitación de zonas de aparcamiento o la comunicaciones, entre otras”, explica García.
DIECINUEVE EDICIONES. Desde 2001, la encuesta que lleva a cabo PIME Menorca evalúa 34 urbanizaciones de toda la isla, respondiendo a once parámetros de valoración como son la carretera de acceso, la limpieza de la playa, el alumbrado público, la señalización de tráfico, el aparcamiento, el vallado de solares, las zonas verdes, las aceras, la limpieza viaria, el asfaltado y la red de telefonía e internet. Una encuesta anónima y abierta a la participación de cualquier usuario interesados en trasladar su opinión respecto a las zonas turísticas, sean particulares o empresas.
En este sentido, los participantes realizan una valoración en función de buena, regular o deficiente de los distintos parámetros que posteriormente son verificados in situ por técnicos de la entidad menorquina. “Es un trabajo serio que no solo depende percepciones que uno pueda tener delante de su domicilio sino que somos nosotros los que vamos a cotejar los resultados antes de que se hagan públicos”, comenta García.
“La renovación y ordenación de las zonas turísticas y emprender inversiones en infraestructuras turísticas debe ser la forma de avanzar hacia el futuro para procurar un crecimiento económico de la isla dependiente del sector terciario de servicios”, concluye la secretaria de PIME Menorca.