Es una masa crítica única en Balears por su contribución al PIB –cerca de 3.000 millones de euros en 2018- y al empleo, con más de 31.000 trabajadores. Por su diversidad, al reunir a grandes empresas, medianas, pequeñas y microempresas. Por su amplitud, al sumar 50 empresas, tres organizaciones empresariales transversales y la administración autonómica, y por estar presente en 13 de las 20 secciones de actividad, en 8 de los 10 traded clusters top y en cuatro de las cinco principales industrias emergentes que identifica la Comisión Europea.
Y, como presidenta de CAEB y de Impulsa, quiero destacar la importancia de que la Fundación sea un espacio de intersección con el Govern, pues esta alianza abre la puerta a la sinergia público-privada que constituye otro de los activos de Impulsa.
Hace cinco años el proyecto fundacional era bueno, innovador, pionero y, dada la erosión continuada del nivel de bienestar de nuestra comunidad, era necesario. Hoy, Impulsa es una plataforma de conocimiento estratégico e interacción regional, que sitúa a la empresa en el centro del proceso de transformación productiva que requiere Balears para recuperar una senda de progreso y bienestar.
En estos cinco años hemos superado dificultades. Hoy, Impulsa ha demostrado su independencia y su rigor y ha tejido una red de colaboración con asociaciones, empresas, clústeres, administraciones, sindicatos, centros de investigación e instituciones de todo tipo y color. No ha sido fácil y, tal vez, lo hayamos conseguido gracias a otro de los activos de Impulsa: la profesionalidad de su equipo técnico, liderado por Antoni Riera.
Y con estos tres activos una masa crítica única, sinergia público-privada y profesionalidad, Impulsa es un vehículo para transitar hacia un nuevo estadio de desarrollo más avanzado, más inclusivo y más sostenible.
Este quinto aniversario coincide con cinco años de crecimiento económico ininterrumpido en que el dinamismo empresarial ha propiciado que Balears lograra superar los niveles de actividad y empleo pre-crisis. Pero cinco años en los que, centrados en recuperarnos, hemos relegado reformas que aseguren la resiliencia de Balears frente a nuevos riesgos e incertidumbres. Hoy, Balears está a tiempo de capitalizar los réditos de la fase de recuperación. El reto es alinear la inversión pública y privada e iniciar reformas que impulsen la competitividad global, mejorando la productividad y, con ella, la renta per cápita.
Hoy, a diferencia de hace cinco años, tenemos el vehículo. Conduzcámoslo juntos, hacia nuevas metas compartidas, por la senda del progreso y el bienestar.
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