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Una encuesta global del último trimestre de 2018 de Gartner Inc. (empresa líder en investigación y asesoramiento) ponía de manifiesto que la escasez de talento es el mayor riesgo al que se van a enfrentar las organizaciones. Este hecho junto a que más del 75% del valor de las organizaciones está en lo intangible, nos impone un sentido de urgencia como sociedad, instituciones y empresas. Atraer, desarrollar y retener el talento es capital para asegurar nuestra competitividad como región.

Nosotros como empresarios podemos y debemos contribuir a ello no solo por responsabilidad sino porque es la forma de asegurar nuestra competitividad futura. En Artiem es un tema que siempre nos ha preocupado y más siendo una pyme que no tiene el “glamour” de las grandes empresas. Para ello además de implementar las políticas conocidas para lograr el objetivo de incidir en las motivaciones extrínsecas, trabajamos para ser una organización orientada por nuestro propósito, de tal forma que fomentemos la motivación intrínseca de las personas.

Con todo y con esto llegamos a la conclusión de que si queríamos mantener nuestra competitividad teníamos que lograr una mayor implicación y compromiso de las personas, aumentar nuestra velocidad de adaptación e implementación de cambios y poner en valor todas las capacidades que teníamos como personas, como equipo y organización.

Con esta inquietud presente, “descubrimos” lo que se denomina “Indagación Apreciativa” desarrollada por David Cooperrider y que se fundamenta en dos principios: primero, convertir los problemas en oportunidades que sean provocativas y atractivas; y segundo, lograr que la solución no salga de unos pocos, sino de una gran parte de los que van a verse más impactados.

Pienso que esta forma de pensar es de sentido común, aunque en realidad hoy supone un cambio radical en la forma de gestión de las empresas. En Artiem hace un año que estamos tratando de interiorizarla y estamos constatando cómo está teniendo no solo impacto en la organización sino incluso, y muy importante, en las personas.

Al final el resultado de implementar esta cultura será que lograremos una organización donde se potencian todas las fortalezas, se implicará a todas las personas, se pondrá en valor el conocimiento de todos y cada uno de sus integrantes. Consecuencia de ello será que las personas además, de que su trabajo tenga un sentido, se sentirán valoradas, podrán desarrollar todo su potencial a la vez que impulsarán la competitividad de la organización.

Este círculo virtuoso que facilita la Indagación Apreciativa es la palanca que hemos encontrado en Artiem para minimizar el principal riesgo al que nos enfrentamos, la escasez de talento.