El Gobierno plantea una ley para desincentivar todavía más la jubilacíón anticipada, una opción que eligieron el 16% de las personas trabajadoras en 2019.

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El Gobierno plantea una ley para desincentivar todavía más la jubilacíón anticipada, una opción que eligieron el 16% de las personas trabajadoras en 2019.

El trabajo, las pensiones, el paro o la jubilación son algunos de los temas que más preocupan a los españoles y españolas. Aunque actualmente todas las miradas están puestas en la pandemia del coronavirus y su evolución, los cambios y avances en otros asuntos no han dejado de producirse. De hecho, ligadas a la situación actual se han producido cambios y llevado a cabo nuevas medidas en relación al mundo laboral, como han sido los ERTES durante la cuarentena. Antes de esta nueva crisis, uno de los temas que estaba sobre la mesa era, una vez más, las pensiones de las personas mayores y también la jubilación, puesto que son dos temas que van ligados. Y es que los requisitos para la jubilación anticipada, una opción que eligen muchas personas en España, podrían endurecerse.

La jubilación anticipada no es la opción que más gusta, por motivos económicos, al Gobierno y la Seguridad Social, y es por eso que a día de hoy ya existen numerosos requisitos para que no todo el mundo pueda acceder a ella. Pues dichos requisitos actuales podrían endurecerse todavía más con la nueva ley que propone el Gobierno sobre esta materia. Para saber más acerca de los requisitos para jubilarse anticipadamente puedes entrar en Tu proyecto de vida.

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Ahora la edad legal de jubilación es de 65 años y 10 meses, mientras que la efectiva son 63. Es decir, hay más de dos años de diferencia entre las dos, un período durante el que esas personas no cotizan para la Seguridad Social. Por eso hoy en día existe una especie de penalización para quien elige este camino de hasta un 8%. La reforma podría endurecer esos coeficientes reductores según el nivel de renta, remodelar la manera en que se aplican. Otra de las penalizaciones que ya existen es que con este tipo de jubilación no se aplican bonificaciones por actividad peligrosa para la salud ni para personas con una discapacidad del 45% o 65%. A pesar de esta técnica para desincentivarlas, las jubilaciones anticipadas crecieron enormemente en los últimos años, tanto que el año pasado representaron el 16% del total de las jubilaciones.

Existen dos tipos de jubilación anticipada: la voluntaria y la forzosa. En la voluntaria, el trabajador o trabajadora debe tener dos años menos de la edad de jubilación legal -que sigue aumentando-, y debe haber cotizado al menos 35 años. Por otra parte, la forzosa no la decide la persona sino que le es impuesta por motivos como, por ejemplo, una reestructuración de la empresa. En este caso el tiempo mínimo cotizado son 33 años.

Si se cumplen esos y otros requisitos, actualmente es posible acceder a la jubilación anticipada y recibir una pensión del Estado. La reducción hucha de las pensiones sumada al aumento progresivo de la edad de jubilación (se calcula que para 2027 serán 67 años), han que el Gobierno quiera desincentivar la jubilación anticipada.