«Tras dos años muy malos hemos tenido una temporada medianamente normal, aunque muy de última hora. No ha sido fácil para todo el mundo poder adaptarse a la incertidumbre y reaccionar a tiempo», explica Miquel Miralles, CEO de THB Hotels. El hotelero explica que producciones y precio medio han sido mejores que en 2019, pero el incremento de costes de comida y bebida y suministros no ha permitido que el resultado fuera tan bueno como hubiera podido ser. «Los hoteles con mejores instalaciones y servicios han podido recuperarse mejor que los otros», matiza.
Asimismo, comenta que los turoperadores siguen siendo muy importantes. «Son los que tienen los vuelos y seguirán siéndolo en el futuro. Les ha costado, pero la mayoría se están adaptando a la nueva realidad con éxito», comenta. «En todos nuestros establecimientos tenemos implantado el plan de circularidad», señala, con medidas como placas fotovoltaicas, calderas de gas, maquinaria de cocina eficiente, reducción del uso de papel y plástico y cálculo de la huella de carbono desde el año 2017.
Miralles niega que haya habido masificación este verano y considera que «de ninguna manera» ha de limitarse el número de turistas. También se opone a reducir las plazas hoteleras porque «el crecimiento ha sido prácticamente vegetativo en los últimos 20 años». En cambio, sí lo considera para las vacacionales por haber crecido en desmesura en los últimos años. Por último, sobre la ley turística, es claro: «No era el momento de implantarla después de dos años de pandemia, y debía de haberse consensuado más con el sector, no obstante, tiene algún aspecto positivo».