Visto esto, el impacto que ha tenido su mal comportamiento en carteras de inversión diversificada es perjudicial para los inversores, que, sin embargo, se han llevado grandes alegrías en los últimos años.
El gran peso que tiene la tecnología en los principales índices norteamericanos, principalmente en el Nasdaq, ha hecho que hayan sido más castigados. Los motivos son principalmente dos: (i) son empresas tradicionalmente más endeudadas a las que les debería afectar mucho la subida de tipos de interés y (ii) son compañías sin resultados positivos que se deben valorar a más largo plazo y la subida de tipos penaliza el cálculo de su valor objetivo.
Aquí aparece la primera duda: ¿es cierto que son empresas sin beneficios y con poca deuda? Si miramos las grandes, no es cierto. De hecho hasta se puede poner en duda que sean empresas puramente tecnológicas. Por ejemplo, las cuatro grandes big tech, es decir Apple, Microsoft, Amazon y Alphabet, no tienen deuda y tienen en caja la friolera de 49.000, 55.000, 47.000 y 124.000 millones de dólares, respectivamente. ¿De verdad les afecta mucho la subida de tipos? En absoluto, segunda duda: ¿les afecta la inflación? Son empresas con un poder de fijación de precios brutal: Apple es casi una religión, y el oligopolio que tienen formado las otras tres hace que la competencia apenas les haga mover precios.
Sin embargo, en bolsa han caído desde máximos un 22; 31; 50 y 37%, respectivamente. Está claro que sus ingresos se han resentido de la situación económica global, pero parece complicado que estas empresas valgan entre una cuarta parte y la mitad menos de lo que valían hace un año.
Pero no todo es tecnología, la gran banca americana (Walmart, JP Morgan o Bank of America) que no solo le perjudican las subidas de tipos, sino que les benefician, de hecho han sido las que mejores resultados han publicado este trimestre; o la salud que tras años de paralización de la COVID se ha reactivado (los ratios de descuento de algunos biotecnológicas son históricos) o, por supuesto la energía, que ha sumado la parte positiva en el índice por la subida de las materias primas.
Por si fuera poco, parece que la inflación se está frenando antes en EEUU que en Europa (que también ha mostrado esos síntomas) y, aunque es difícil de predecir, nadie descarta ya bajada de tipos (tras alguna subida más) en América en 2023. Con todo ello, los principales índices ya nos han marcado unos soportes de los que se están alejando (menos que las bolsas del Viejo Continente) y que pueden servir como primer punto de protección a corto plazo: 3.500 para el S&P; 10.600 para el Nasdaq y 28.800 para el Dow Jones (el mejor de los índices americanos este año).