Menorca ha vivido este año una temporada de cifras récord y de recuperación definitiva del pulso turístico, que se ha traducido en un crecimiento global de los ingresos y siete meses de actividad prolongada desde abril hasta finales de octubre. Un balance positivo en términos de dinamización de la economía y de estabilidad laboral para los trabajadores del sector, tal y como apuntaban desde la Fundació Foment del Turisme.
Como cada día es más frecuente que oigamos en distintos foros que Menorca está de moda, esta idea me ha incitado a tratar de averiguar o responder en voz alta quién o qué ha puesto la isla en el candelero. Es un tema que daría para una tesis más allá de esta humilde columna de opinión, ya que entiendo no existe un único motivo sino que es una suma de diversos factores los que han hecho que los astros se hayan alineado para hacernos brillar.
Si como decía Picasso, que la inspiración te pille trabajando, a Menorca, en este caso, el deseo de conocerla la ha pillado con los deberes hechos. En este sentido, la pandemia ha coadyuvado decisivamente a situarnos en este halo de gloria, donde se buscaba un destino seguro y cercano asentado sobre una sostenibilidad que se ha convertido en nuestra piedra angular.
Como explicaba Gabriel Escarrer en una reciente entrevista, el interés creciente por el wellbeing, en el concepto amplio de la palabra de los destinos que no solo ayudan a nuestro cuerpo sino también a sentirnos bien mentalmente por la armonía con el destino, además de las experiencias que conectan al viajero de forma auténtica y única con dicho destino, bien sea a través de la gastronomía, la cultura o la naturaleza, permiten entender más lo sucedido.
Habrán sumado otros factores que ya la hacían mundialmente conocida como la Cova d'en Xoroi u otros más recientes como la galería Hauser & Wirth, que desde que abrió su centro de arte en 2021 ha recibido más de 117.000 visitas, consiguiendo una repercusión mediática solo este 2022 en 200 reportajes, según explican, incluyendo medios como el Financial Times, El País Semanal, Wallpaper* o The Art Newspaper en su versión francesa, entre muchos otros. A partir de ahora, habrá que ver cómo nos sienta estar bajo los focos.