Un lustro perdido, que se ve reflejado en la inquietud de la banca mundial por la economía. Este paréntesis podría ser bien la consecuencia de la crisis del covid, de la elevada inflación o de la guerra de Ucrania. El FMI preveía que los próximos cinco años se caracterizarían por un lento crecimiento del PIB mundial, el más débil desde 1990. El crecimiento potencial, ritmo en el cual un país puede crecer sin provocar inflación, ha pasado del 3,5% entre 2000 y 2010 a 2,6% entre 2011 a 2021. Con los mismos ingredientes se establecerá en un 2,2% entre 2022 y 2030. Esta tendencia se debe principalmente a la demografía, concretamente a la población de China y Japón y pronto a la de todos los países desarrollados de débil natalidad, que debería provocar un freno del 50% al crecimiento. Si añadimos la fragilidad financiera y bancaria, las tensiones geopolíticas que disminuyen las inversiones extranjeras, se comprende que el banco mundial anticipe un porcentaje del 1,7% para 2023. En definitiva, todo el potencial de crecimiento de la década va a depender de otro factor principal: la productividad. Si la población activa disminuye y el tiempo de trabajo no aumenta de forma significativa solo se puede esperar que sea través la IA y la robótica para conseguir un crecimiento que no sea débil, evitando el factor envejecimiento de la población o incluso revertir el escaso intercambio entre las grandes potencias por la guerra fría.
Crecimiento potencial
01/09/23 8:56
También en El Económico
- La nueva (y molesta) moda que se extiende por Mallorca
- Jaque a la okupación de viviendas: los desahucios pasarán de ejecutarse en años a semanas
- Bombogénesis: ¿qué es y cómo afectará a Mallorca?
- Los okupas detenidos en Palma intentaron tirar por la ventana a los amigos de la dueña del piso
- El profesor condenado por acoso se reincorpora y los padres de los alumnos estallan: «Pone en riesgo a nuestros hijos»