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No voy a extenderme con introducciones previas, la sensación de congestión es clara y afecta a todo aquel que reside en estas islas o las visita. Ello ha hecho que los crecimientos sean percibidos como molestias y muy lejos ha quedado la interpretación que explicaba que a cuanto más aumento, mayor bienestar.

Estamos, por tanto, en una encrucijada importante. No es momento para lamentos ni críticas ni reproches, ni tan solo los remordimientos ya nos valen. Conviene ponerse manos a la obra y evitar a buenistas, agoreros y profetas, no se trata de una cuestión de fe, sino de toma de decisiones. Y ya no hablo de hacer análisis previos, hace tiempo que están todos hechos y puestos encima de la mesa.
En prácticamente todos los municipios de esta tierra, llevan redactándose y aprobándose desde hace unos quince años Planes integrales de Turismo. En ellos, administración y agentes sociales conocedores de la zona, han actuado conjuntamente, abordando y proponiendo toda una serie de medidas que pusieran las bases para un mejor futuro del destino turístico en concreto. Y créanme, más allá de potenciar el turismo deportivo o de hermosear una avenida, también el anhelo intrínseco de huir de las masificaciones y saturaciones es lo que ha hecho motivar y actuar a todos los que en algún momento han participado en ellos, porque no nos engañemos, el sofoco actual viene de lejos, aunque ahora se haga más patente que nunca.

Sería extraordinario, pues, que la Mesa del Pacto Político y Social para la Sostenibilidad Económica, Social y Ambiental de las Illes Balears recientemente creada, hiciera recopilación de los citados Planes así como de otros instrumentos similares, como los modelos DTI (Destino Turístico Inteligente) o de la documentación generada por el Consell de Mallorca para conseguir el certificado UNWTO.Quest de la OMT que destaca la calidad y la excelencia de liderazgo en los destinos turísticos del mundo. Son ingentes, como vemos, los informes existentes en los que se definen estrategias de futuro basadas en la sostenibilidad, la accesibilidad, la innovación, la tecnología y, sí, también se enfocan problemas de movilidad, de saturación, de concentración o como quieran llamarlos.

Un apunte para los que solamente proponen reducciones y restricciones, recordarles que todas las propuestas tienen que venir acompañadas de una previsión de inversiones: desaladoras; depuradoras; parkings; trenes; tranvías; más frecuencias de bus, reconversión de edificios obsoletos en viviendas sociales… Estamos viviendo por encima de las infraestructuras existentes y aunque decreciéramos, no podríamos seguir prescindiendo de ellas. El tener que ponernos al día hará que alcanzar ciertos objetivos requiera más tiempo y esfuerzo, pero reforzará nuestro posicionamiento en todos los sentidos.

Por favor, recuerden que, en este tránsito, mal vamos si otorgamos indulgencias o indicamos culpables, no se trata de eso, no hay tiempo para dirimir quienes han sido los buenos y los malos. Se trata en todo caso de que todos renunciemos un poquito, porque sin renuncias no hay paraíso.