Cuatro décadas asesorando a empresas y particulares
Masti, la compañía fundada en Alaior por Miquel Andreu y que dirige con su mujer Janet Timoner, celebra este año su cuarenta aniversario convertida en un referente para todo tipo de clientes
Janet Timoner y Miquel Andreu, propietarios de Masti con su hija Elena, segunda generación. | Gemma Andreu
Confianza, discreción, empatía y seriedad han sido los pilares sobre los queAsesoríaFiscal Masti, S.L. ha sabido forjar su reputación como empresa de referencia en Menorca a lo largo de cuarenta años. Esta empresa familiar fundada por Miquel Andreu Mascaró, a la cual se incorporó posteriormente Jaime Timoner, hermano de Janet Timoner, y que permaneció en la misma en el departamento de laboral y seguros hasta finales de los 90, se dedica a ofrecer servicios integrales de asesoramiento a pequeñas y medianas empresas, así como a particulares en materia fiscal, contable y laboral.
Han sido cuatro décadas de recorrido profesional que les han permitido crecer hasta consolidar una cartera de más de 1.500 clientes y una plantilla de dieciséis profesionales. La incorporación de la segunda generación en el equipo con Elena Andreu Timoner, graduada en Administración y Dirección de Empresas, no solo contribuye a dar estabilidad a la continuidad del negocio, sino que permite afrontar con mejores garantías los retos de modernización por los que pasan los servicios empresariales en esta era de la inteligencia artificial. Con clientes en toda Menorca, Masti mira al futuro con optimismo.
ORÍGENES. Masti es el acrónimo de Mascaró Timoner, el segundo y el primer apellido de los fundadores de esta asesoría empresarial que abrió sus puertas el 1 de octubre de 1983. Miquel Andreu se había diplomado un año antes en Ciencias Empresariales en la Universitat de les Illes Balears, después de haberse formado en el CIDE, Centro Internacional de Educación de Palma. Dice que el ambiente que encontró en este centro educativo y la influencia de los compañeros con los que compartía equipo de fútbol, tuvieron mucho que ver a la hora de escoger su carrera, que unos años más tarde completó con las licenciaturas en Economía y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Abat Oliba de Barcelona. A su regreso a Menorca en 1983, la suerte le estaba esperando al poder abrir su despacho y ejercer la profesión en las instalaciones de la fábrica de cartonajes de ‘Jaume Capses', que pertenecía a la familia de su esposa, Janet Timoner.
«Nos cedieron una oficina desde la que empecé a atender las consultas de los primeros clientes. A ellos les sobraba espacio y yo no necesitaba tampoco mucho. Además, en aquel entonces lo compaginaba a media jornada con otro trabajo en una empresa donde les llevaba la contabilidad», explica Miquel Andreu. «Aquellos fueron los primeros pasos de Masti en la Plaça Nova de Alaior, con la incertidumbre de no saber lo que te deparará el futuro cuando pones en marcha un negocio», detalla Miquel. «Una de las personas que más me apoyó en aquellos inicios fue mi amigo Joan Barber Luz, que tristemente falleció hace unos años y que tengo muy presente por todo lo que representó para mí», comenta emocionado el fundador de Masti.
PRIMERA ETAPA. Los primeros diez años de vida de Asesoria Fiscal Masti fueron de ampliación de los servicios que ofrecían gracias a la progresiva incorporación de personas al equipo. «Al principio era un asesoramiento más fiscal que contable porque no llevábamos directamente la contabilidad de las empresas, pero una cosa nos llevó a la otra de manera natural y fuimos ganando cuota de mercado. Me acuerdo que en 1991 invertimos en la compra del primer ordenador para informatizar el despacho, un antes y un después en nuestra manera de funcionar», explica Janet Timoner.
Otra de las incorporaciones fue la del área laboral, inicialmente gestionada por Jaume Timoner, que también ayudó a que pudieran llevar un acompañamiento integral de los clientes. «Desde hostelería a comercio pasando por industriales como carpinteros, constructores o bisutería, Masti asesoraba a sectores muy diversos», comenta Miquel Andreu. También a nivel particular el funcionamiento como asesoría en materia de herencias y tramitación de escrituras ha formado parte del día a día. «Un 90 por ciento de nuestros clientes son empresas y un 10 por ciento particulares», explica Janet Timoner. En 1994 llevaron a cabo unas obras de mejora y adecuación de los despachos en los que trabajaban desde hacía una década, una obra que fue posible, ya que la fábrica de cartonaje familiar había trasladado su actividad, coincidiendo con una mayor necesidad de espacio por parte de la asesoría. Otra de las actividades de Masti ha sido la vertiente aseguradora para negocios, viviendas y vehículos, que han seguido desarrollando con los años. «Inicialmente estuvimos operando como agentes de la compañía Hermes, que con el paso del tiempo fue absorbida por el grupo suizo Winterthur y que en 2006 pasó a ser de la francesa Axa», detalla Miquel Andreu.
NUEVA ETAPA. La entrada en el siglo XXI supuso la llegada de cambios decisivos para el futuro de Masti. En primer lugar, la adquisición en 2016 de un local comercial de 300 metros cuadrados ubicado en el polígono de Alaior con la intención de trasladar la sede a un nuevo emplazamiento más céntrico y moderno. En segundo lugar, la incorporación de Elena Andreu Timoner al equipo, una vez finalizada su carrera de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Pompeu Fabra y un stage de cinco años en una multinacional.
«En nuestros planes se nos cruzó la pandemia, lo que supuso uno de los momentos más complejos que hemos tenido que vivir como asesoría en toda nuestra historia. En 2019 habíamos iniciado las obras del nuevo local con el deseo de trasladarnos en 2020, pero la fecha que escogimos coincidió con el día que se decretó el Estado de Alarma en nuestro país por la COVID. No solo estábamos preocupados por el porvenir de Masti en medio del traslado, sino especialmente por nuestros clientes, ya que la incertidumbre, el nerviosismo y la crispación se palpaban en el ambiente. Éramos un servicio esencial y sufrimos una situación de mucho estrés con jornadas maratonianas de lunes a domingo para dar respuesta a las consultas que nos llegaban y a las solicitudes de ayuda que nos pedían tramitar al momento», confiesa Miquel Andreu.
Tras la tormenta llegó la calma y, mirando hacia atrás, se sienten orgullosos de la respuesta que pudieron dar y de la implicación de todo el equipo. «El futuro de Masti pasa ahora por saber gestionar las oportunidades que se nos presentan como sector para poder ofrecer un valor añadido a nuestros clientes y aprovechar la revolución tecnológica que se está produciendo en nuestro sector», comenta Elena Andreu. «Pese a los cambios, el secreto del éxito seguirá siendo el mismo: trabajar, trabajar y trabajar para seguir ofreciendo el mejor asesoramiento posible y mantenernos a la última en cuanto a formación», concluye Miquel Andreu.